El Hombre del Norte es un épico thriller de venganza que explora qué tan lejos llegaría un príncipe vikingo para buscar justicia por el asesinato de su padre.

Un autor que se ha lucido en sus propias batallas independientes, cuando salta a las grandes ligas tiende a desbocarse, ya sea por los excesos que se permita o por las restricciones impuestas por los estudios. Eso es exactamente lo que NO le pasa a Robert Eggers con su nueva película. El hombre se mantiene en su línea, no da pie atrás, pero se nota su crecimiento.

El presupuesto aquí se pone al servicio de un estilo narrativo y unas rúbricas visuales de naturaleza ya curtida. Elementos que son pasto para la fertilidad de la filmografía de un director que solo se enaltece con cada paso que da. The Witch(en Netflix) fue una sólida carta de presentación. The Lighthouse (en HBO Max), el perfeccionamiento de la identidad de su oficio. The Northman es el regocijo del artista en su propia obra.

La historia es conocida, es Hamlet, está como anagrama en el nombre del protagonista, aunque no llega a ser un insulto en su evidencia. Es que hay unos giros que potencian la vieja trama. Lo importante aquí son las formas atrapantes con que un hilo argumental más que examinado se vuelve atractivo nuevamente, en manos de un artesano que te tiene en la palma de su mano de principio a fin.

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

El Hombre del Norte: ¿Cómo es la nueva película de Robert Eggers, con Alexander Skargard y Anya Taylor-Joy?

Utilizando la cámara no como un alma en pena, sino como un espíritu comprometido con adentrarse en el mitología nórdica, se pasea por los escenarios entre cuerpos y objetos, paisajes y tripas, sangre y lujuria, amor y traición.

Con cuadros en que la acción está centralizada, el director no permite que te pierdas detalles de esa fotografía hermosa que propone en contrapunto a la crudeza de su exposición. Puede ser un beso apasionado o una decapitación, el encanto está ahí para la ternura y para lo horripilante; esa dualidad tan humana. La brutalidad -no gratuita- es parte de la belleza.

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

Luego, largos planos secuencia van elevando el tono de la situaciones, mientras Eggers permite que su actores hagan su trabajo hasta que les estruja sus emociones. Hay furia en Alexander Skarsgård, hay sorpresa y seducción en Anya Taylor-Joy, hay un alarde de confianza y luego incertidumbre en Claes Bang y un explosivo desahogo en Nicole Kidman. Todos en una danza macabra al calor de un folk escandinavo retumbante, en la que por momentos te acerca tanto a sus rostros, que llega a dar vergüenza la comprometedora posición del espectador husmeando entre tensiones ajenas.

¿Y cómo resuelve? Con caos al construir y desarticular al protagonista, con animales en su inevitable simbolismo sobre augurios del destino, con un misticismo que te conquista en su fantasía y con esa interminable pasión que tiene Eggers por los rituales que parecieran antiguos, pero que siguen remitiendo al lado más despiadado del presente de la cultura humana.

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

Comentario de Cine | El Hombre del Norte.(Foto: Universal)

El Hombre del Norte habla de una madurez cinematográfica con pocos paralelos actuales. De una visión extremadamente particular y única para presentar historias. Interesante, es decir poco. Postularla como necesaria, es plantear la relevancia de este tipo de ejercicios en un panorama en el que escasean las propuestas con tanta originalidad y discurso estético. Una joya ante la sobrepoblación de franquicias y universos cohesionados. Una imperdible.