Se acabó el festival y por ende, terminó el período de vacaciones. Siempre crecí con ese pregón casi como un titular que desde luego, me generaba incertidumbre porque significa que vuelve la época escolar y los días de playa o campo, quedaban atrás y el certamen viñamarino, era clave en ese aspecto.

Ahora, ya sin la presión del ingreso al colegio, es necesario hacer las evaluaciones de lo que nos dejó la fiesta de la Quinta Vergara. Seis intensas noches donde uno también debió estar atento a todo lo relacionado alrededor de este evento. Como es habitual, momento de balances y reproduciremos algo que todos los hacen y ahora, no será la excepción: Lo bueno, lo malo y lo decepcionante.

Lo bueno

Estratosféricamente superior al resto fue Christina Aguilera. Estrella de marca mundial y que eligió a Viña del Mar como el lugar donde por primera vez se presentó en nuestro país, quedó en la historia, no solo de esta edición, si no de las 62 versiones totales.

Los Jaivas fue otro número de peso y que Viña por fin les permitió hacer justicia al iniciar la celebración de los 60 años de carrera. Las llaves de la ciudad, pero no contento con eso, el público pidió la gaviota de platino y al pueblo hay que escucharlo, se escuchó y se llevaron el máximo trofeo. Merecido.

El humor también tuvo a su máximo exponente. Fabrizio Copano ratificó su condición de el mejor standupero del país y ya la está rompiendo en Estados Unidos, desde luego que debía ser profeta en su tierra y sumado a que tuvo que revertir al monstruo que quería seguir cantando y bailando con Christina, pero Copano no está para sorpresas y se erigió como uno de los más grandes en la historia humorística festivalera. Mención honrosa dentro de lo mejor a Rodrigo Villegas, quien calladito y con humildad a modo de cosas simples, también destacó este año festivalero.

Para finalizar lo bueno, es neecsario nombrar a Karol G. La mejor artista latina del mundo hoy por hoy llenó de baile y sensualidad el arranque del festival, convirtiéndolo en un verdadero karaoke. La gente la premió no solo con las gaviotas sino con el premio a la artista más popular del certamen.

Para mencionarlos, Fito Páez y Alejandro Fernández llenaron de calidad musical y vocal la Quinta Vergara. Solo aplausos para los únicos exponentes de corte familiar que hubo en Viña 2023. 

Dos triunfadores: Alejandro Fernández y Fito Páez (Agencia Uno)

Dos triunfadores: Alejandro Fernández y Fito Páez (Agencia Uno)

La revelación

Camilo, Nicki Nicole y Pamela Leiva en el humor, los reconozco en esta naciente categoría. El colombiano con su estilo tan naturista y lleno de paz y amor, cobijó a toda la Quinta quienes gozaron con todo su show, entendiendo que es una carrera ascendente.

En esa línea también está Nicki Nicole. La trasandina fue la encargada de cerrar el festival y con un show potente cautivó a todo el respetable. Su sencillez y talento le permitió recoger el cariño de todos y con lágrimas de emoción se retiró del escenario permitiendo finalizar en lo más alto Viña 2023. Tini, quien no canta, sí tenía un público a favor quien no se desesperaba con sus incesantes cambios de vestuario. Por su parte Emilia, sí canta un poco más y de seguro el nicho se le va ampliando. 

Nicki Nicole, cantó y emocionó en el cierre del festival (Agencia Uno)

Nicki Nicole, cantó y emocionó en el cierre del festival (Agencia Uno)

El humor también tuvo a su revelación, como lo es Pamela Leiva, quien estuvo a cargo de abrir la edición festivalera en el rubro. Cercanía y con una rutina precisa aprovechando la presencia del público que fue a ver a Karol G, la terminó rompiendo. En esta línea, pero un tanto más abajo asoma Diego Urrutia, el valiente de la Quinta Vergara. El temuquense hay que aplaudirlo por ingresar sobre la hora a la parrilla tras la deserción de Yerko Puchento. Hizo reir, cumplir, no brilló, pero cumplió con creces.

Lejos del escenario, este festival permitió ver la irrupción de la alcaldesa Macarena Ripamonti en su primer certamen como edil viñamarina, donde se lleno de elogios y siempre ase mantuvo al tanto de todo lo que está relacionado con el certamen. 

Lo malo

El item donde nadie quiere estar, pero hay que hacerlo. Parto diciendo por todo el bloque de música urbana que enciende, vende y reúne, pero con poca calidad. Si no fuera por las bases, el autotune y todo eso no, se si les daría para presentar algo. Polimá Westcoast poquito, pero rescato su tesón y lo emocionado que estaba, sintonizando con la gente.

Caso muy opuesto a Paloma Mami, a quien nunca sentimos cómoda en el escenario y si bien tiene su público cautivo siendo una artista que aún no toca techo, no logró traspasar a quienes no la siguen en un aspecto fundamental al que todo artista debe llegar, que es el comúnmente denominado el pelómetro. Los problemas de audio incomodan, pero son ajenos a lo que estoy evaluando. 

Otro caso que quizás no es malo, pero sí intrascendente, fue el español Rels B, a quien dejémoslo ahí, mejor. En el humor, lo más malo fueron Belén Mora y la argentina Laila Roth. La primera arrancó bien, pero se fue metiendo en un bosque a lo cual el respetable no se la iba a dejar pasar y así fue, su gaviota de plata se consumó más por una pelea entre quienes la defendían con quienes la atacaban, pero nunca hubo un convencimiento pleno al respecto. por parte la trasandina, los nervios la traicionaron y terminó cediendo ante la presión, pero se retiró dignamente y supo leer la sitiuación antes que el monstruo de verdad hubiese despertado. La otganización debe analizar bien el cómo se eligen a los cómicos pensando en fututros festivales.

En esa línea, lo malo también recayó en los animadores, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo. En la entrega de los premios siempre buscan emocionar al artista y no lo logran, a Belenaza la tiraron a los leones y menos mal aprendieron la lección la cual no reptieron con Roth. Por último ¿Quién les dijo que a los artistas hay que presentarlos juntos? Antonio Vodanovic lo hacía él o su acompañante, no está de más imitar lo bueno.

Lo feo

Propiamente tal, no hay mucho, si no situaciones paralelas. En ese aspecto, fea es la situación que está viviendo el histórico Hotel O'Higgins, hoy abandonado a la suerte como oficina municipal y sumado a que ha operado como residencia sanitaria y albergue, pero ese lugar que era el de reunión de periodistas donde generaban sus contenidos, hoy ya no está. Frío el sector, frío el festival  Hay que recueprarlo ya.

Lo otro extremadamente feo fue lo de Arturo Walden, más conocido como El Kiwi. El ex notero de programas de Julio Videla siempre se le vio como con un cambio más y el beso que le robó imprudentemente a Pamela Leiva provocó su salida anticipada del canal y donde hay que añadir el video que grabó en los pasillos del hotel donde se vio al joven Diego Urrutia tras las horas de celebración vulnerando su privacidad. No pues, Kiwi. Eso ya no corre, ¿Nadie le advirtió?

Se nos fue Viña 2023, en el aire y el recuerdo quedan los sones musicales, los gritos y risas del monstruo que solo va por unas horas a ver su festival. Sin duda, hay aspectos a mejorar, pero en esta pasada valorar que volvió la fiesta, que el Covid 19 queda atrás y nos volvimos a reunir, ¿Vieron cómo lloraban algunos artistas extranjeros con el festival? Ellos lo ensalzan y nosotros, muy lejos de él.

Solo para cerrar, me provoca susto escuchar a las autoridades en su análisis final y dando a entender que el próximo año la tendencia será similar a esta, yo les digo: Escuchen a las familias, también y que no todo sea en números fríos, eso no va y por favor, siempre con la transparencia, aunque cueste.