Mientras el resto del circuito vive partidos maratónicos que terminan de madrugada, en Wimbledontodo se detiene cuando el reloj marca las 23:00 horas.
Es parte del ADN del torneo más tradicional del tenis, una mezcla de glamour, costumbre británica y convivencia vecinal.
Este famoso toque de queda volvió a dar que hablar en el primer día del torneo 2025, cuando el partidazo entre Taylor Fritz y Giovanni Mpetshi Perricard fue suspendido justo antes del quinto set.
El estadounidense, visiblemente molesto, no pudo hacer nada al respecto. Es una regla y hay que respetarla.
Lo mismo ocurrió con el duelo entre Alexander Zverev y Arthur Rinderknech, que se interrumpió en plena tensión y tuvo que reanudarse este martes.

Taylor Fritz reacciona tras la suspensión del partido con Giovanni Mpetshi Perricard en Wimbledon 2025 (Getty Images).

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¿Por qué existe esta regla en Wimbledon?
El origen tiene sentido si uno entiende dónde se juega Wimbledon: en el corazón de un barrio residencial.
Aunque el estadio central tiene techo y luces desde 2009, la organización llegó a un acuerdo con los vecinos para no extender la actividad más allá de las 23:00 horas.
¿La razón? El metro de Londres deja de funcionar cerca de la medianoche y el All England Club no está precisamente al lado de una estación.
Si los partidos siguieran, muchos fanáticos quedarían literalmente varados.
Además, la tradición pesa. En Wimbledon se respetan normas como el uso de vestimenta blanca, el silencio reverencial y que a las 23:00 se apaga todo.

El marcador de Wimbledon tras suspenderse el partido entre Alexander Zverev y Arthur Rinderknech antes de las 23:00 horas (Getty Images).

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¿Hay excepciones al toque de queda?
Hay pocas excepciones. A veces se permiten algunos minutos extra si el partido está a punto de terminar. Por ejemplo, pasó 5n 2012 cuando Andy Murray ganó su duelo a las 23:02 horas.
Pero esos márgenes son mínimos y casi nunca se dan. Si no alcanza el tiempo, el partido se pausa y sigue al día siguiente.
Y aunque muchos fans e incluso jugadores critican la medida, Wimbledon se mantiene firme.