Chile sigue consolidándose como un epicentro mundial de la astronomía. Recientemente, fue elegido como sede de la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (UAI) en 2030, el evento astronómico más grande del mundo. Ahora, se suma otra increíble noticia.
Nuestro país fue seleccionado para construir el primer observatorio de rayos gamma del hemisferio sur, una noticia que no solo destaca a nivel científico, sino que también promete un impacto económico y tecnológico significativo para la región.
El anuncio fue realizado por la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry, en compañía de la directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), Alejandra Pizarro, y el representante de Chile en el Comité Directivo del Observatorio de Rayos Gamma Cósmicos SWGO, Claudio Dib.
En la competencia por ser la sede de este ambicioso proyecto, Chile se impuso a otras naciones del continente, como Argentina y Perú, gracias a sus excepcionales condiciones geográficas y su compromiso con el desarrollo científico.
El observatorio se ubicará en San Pedro de Atacama, a una altura de 4.700 metros, en las cercanías del reconocido radiotelescopio ALMA. Este centro de investigación, único en su clase en el hemisferio sur, permitirá a los científicos estudiar fenómenos astrofísicos de alta energía, como:
- Rayos gamma emitidos por agujeros negros, estrellas de neutrones y supernovas.
Tecnología de vanguardia para explorar el Universo
El corazón del observatorio estará compuesto por 3.000 estanques de agua, diseñados para detectar rayos gamma de muy alta y ultra alta energía. Estos estanques, ubicados en el Parque Astronómico Atacama, capturarán partículas que, al interactuar con el agua, generarán una radiación detectable por fotodetectores especiales instalados en su interior.
Este innovador método permitirá a los científicos trazar la trayectoria de los rayos gamma hasta su origen cósmico, creando un mapa detallado del cielo y brindando nuevas oportunidades para el estudio del Universo.
El proyecto representa una inversión cercana a los 60 millones de dólares y se espera que genere un efecto positivo en la economía local, no solo durante su construcción, sino también a largo plazo.
La instalación del observatorio refuerza el posicionamiento de Chile como líder en astronomía, atrayendo a científicos de todo el mundo y potenciando la industria tecnológica nacional.