Desde El Pentágono encendieron ayer las alarmas cuando indicaron que están rastreando un cohete de origen chino que puede caer en la tierra dentro de este fin de semana.

El problema es que existen probabilidades de que el artefacto se estrelle contra alguna área habitada.

Ante la gravedad de la situación el portavoz del Pentágono, John Kirby, anunció que se “ha sido informado y sabe que el Comando Espacial está literalmente rastreando estos restos de cohete”.

Todo comenzó el jueves pasado, cuando China lanzó tres elementos de su estación espacial. Uno de ellos propulsado por un cohete Long March 5B.

Y es el cuerpo de aquel cohete el que debiera aterrizar en los próximos días en el planeta. El punto es que nadie sabe dónde sucederá, eso sí, según información preliminar, se espera que llegue a la Tierra este sábado.

Es probable que el artefacto se descomponga al entrar en la atmósfera terrestre. Si esto sucede, solo caerán pequeños escombros.

El problema se originaría si permanece intacto, ya que, aunque existe una buena posibilidad de que el cohete caiga en el mar, esto no es seguro. Podría estrellarse en algún área poblada o contra un barco.

Hay que recordar que esta no es la primera vez que China pierde el control de una nave espacial en su regreso a la Tierra. Ya que en abril del 2018 un laboratorio espacial se desintegró al reingresar a la atmósfera, luego de dos años de funcionamiento.