Con un dominio absoluto durante toda la carrera, Max Verstappen se coronó ganador del Grand Prix de Hungría de la Fórmula 1, ocupando la primera posición prácticamente de principio a fin.
Acompañado de Lando Norris y Checo Pérez (segundo y tercer lugar, respectivamente), el neerlandés subió al podio para celebrar, como ya es casi su costumbre, con champagne y con su compañero de escudería, que ocupó el bronce.
Mientras se tiraban el champagne entre Checo Pérez y el ganador, Max Verstappen, ocurrió un hecho insólito: Lando Norris trató de hacerse el genial, el cool, el chévere, el bacán. Para eso, le pegó en la parte trasera a la botella, provocando el estallido del corcho. Pero, el trofeo del primer lugar estaba apoyado a sólo unos centímetros y cayó.
Mientras Lando Norris trataba de hacerse el “aquí no pasó nada” y seguía administrando el líquido que salía de su botella de champagne, el público miraba cómo el trofeo recién ganado por Verstappen acababa partido en dos en el piso.
Si bien el resquebrajamiento del trofeo fue casual, el blooper quedó y de seguro dará la vuelta al mundo.
Por el momento, basta decir que este es el noveno triunfo de Verstappen en lo que va de circuito, liderando las posiciones del Mundial. Mismo panorama para su escudería, Red Bull, en primera posición.