Este viernes el tenista serbio, Novak Djokovic, se instaló en la gran final del Abierto de Australia, luego de vencer al estadounidese Tommy Paul.
Un año después de ser deportado del país oceánico, Nole jugará su décima final en este torneo, que le podría otorgar su 22° Grand Slam, lo que lo igualaría con Rafael Nadal como el mayor ganador en majors.
Contra Paul, al igual que en casi todo el torneo, el serbio mostró su exultante superioridad, aunque en el primer set tuvo unos minutos de desconcentración que no pasaron a mayores.
Cuando estaba 5-1 arriba, el norteamericano ganó cuatro games seguidos y empató el marcador, pero Nole apeló a su experiencia para quedarse con la primera manga por 7-5.
Después fue todo un trámite, sobre todo por el deficiente primer servicio de Paul que apenas pudo incomodar a su rival. Djokovic se llevó el segundo por 6-1 y el tercero por 6-2.
De esta forma, llega a la final del Abierto de Australia habiendo cedido apenas un set en la segunda ronda frente al francés Enzo Couacaud, cuando aún sentía molestias en su muslo izquierdo.
Ya lleva 27 victorias consecutivas en este torneo, algo que nadie había hecho. De ganarle a Tsitsipas en la final, no sólo igualará a Nadal, sino que también volverá a ser el número uno del mundo.
“Mis fans representan mucho, necesito esa energía en esta instancia de mi carrera. Estoy agradecido por tener suficiente gasolina en mis piernas para jugar a este nivel”, señaló tras la victoria.
“Estoy perfecto en mi nivel de energía, es un 110 por ciento. Por supuesto, no estoy tan fresco como en el inicio del torneo, es natural, lo mismo ocurre con Tsitsipas”, añadió.
“Controlé mis nervios en el primer set y eso me hizo pegarle mejor a la pelota, eso ha sido clave en todo el torneo”, finalizó.