No hay duda respecto a que Andrés Iniesta es uno de los mejores jugadores de la historia española. Su talento, visión de juego, rapidez a la hora de definir una jugada, hizo que el planeta fútbol se riendiera a sus pies.

Luego de dejar Barcelona, Iniesta decidió emigrar a Japón, específicamente al Vissel Kobe, donde en el último partido de la temporada, se despachó un golazo en el triunfo de su equipo 3-2 sobre Vegaita Sendai.

El volante terminó el semestre con rres goles en trece partidos y la joyita marcada ante Vegaita, fue vista por su amigo y próximo compañero en el cuadro japonés: David Villa.