[[Jorge Sampaoli]] no pudo repetir el debut exitoso que tuvo con la selección chilena en el Mundial de Brasil. En su estreno de hoy al mando de Argentina, el técnico casildense se quedó con un pálido 1-1 ante Islandia, muy lejos de la alegría del 13 de junio de 2014, cuando la Roja derrotó a Australia por 3-1, con goles de Alexis Sánchez, Jorge Valdivia y Jean Beausejour.
Y aunque el mismo entrenador varió su estilo, hay indicadores que muestran los grandes cambios que debió asumir Sampaoli al mando de la Albiceleste. ¿El más evidente? La enorme diferencia en el esfuerzo físico que desarrolla con Lionel Messi y compañía, en comparación a la intensa labor de Arturo Vidal y los chilenos hace cuatro años.
Las estadísticas son clarísimas. En el acumulado, los jugadores chilenos corrieron un total de 113,5 kilómetros en 96 minutos de juego contra los australianos, es decir, 12 kilómetros más que la suma de los desplazamientos de los argentinos hoy en la cancha del Spartak de Moscú: 101,246.
La gran diferencia se da en el mediocampo. Marcelo Díaz y Charles Aránguiz registraron 25 kilómetros en conjunto, mientras que los que ocuparon la misma ubicación en Argentina, Javier Mascherano y Lucas Biglia (reemplazado por Ever Banega) acumularon 20 kilómetros en total.
La falta de intensidad se notó también en la ubicación que marcaron en la cancha. A diferencia de Biglia y Banega, Aránguiz siempre se paró en la mitad rival de la cancha. Por esta razón, la Roja mantuvo cinco hombres en campo rival, contra cuatro de los argentinos.
Vale la pena fijarse en las posiciones que son homologables, el arquero, los cuatro de la defensa, más los dos volantes centrales; todos corrieron más que los argentinos. De ahí hacia adelante es más compleja la comparación, porque Sampaoli jugó con dos delanteros con la Roja y solo con uno en la Albiceleste.
Luego viene el caso de Lionel Messi. Jugó como mediapunta en promedio y fue el jugador con menos kilómetros recorridos en el partido, después de los arqueros. De hecho, corrió cinco kilómetros menos que Marcelo Díaz en Cuiabá: 7,6 la Pulga y 12,7 nuestro Carepato.
Pero lo esencial es que aquel fútbol que mostró la selección chilena hace cuatro años y que hizo que Sampaoli se ganara el aprecio del mundo, hoy parece enterrado en un pasado que no volverá, vestido de blanco y celeste.
Fotos: Agencia Uno