Luego de la amarga eliminación de la selección Sub 20 de Chile en el Sudamericano de Ecuador, en 2017, las críticas arreciaron sobre el entrenador Héctor Robles. Con un rendimiento paupérrimo, el equipo nacional no pudo ganar un solo partido y se fue eliminado en la fase de grupos del certamen.

Pero el técnico recibió el respaldo del directorio de la ANFP y su proceso comenzó a dar frutos con la siguiente generación, la de los jugadores nacidos antes de 1999. Este equipo, que se prepara para el Sudamericano del próximo año en nuestro país, lleva ya tres copas consecutivas y Robles comienza a lavar heridas.

Pero para mayor destaque, el equipo chileno ha basado sus logros en un ordenado molde defensivo, que le ha permitido sumar once partidos sin derrotas: dos triunfos y un empate en la SBS Cup de Japón, dos victorias y una igualdad en el Sport for Tomorrow de Paraguay, y tres empates y dos triunfos en los Odesur.

La racha comenzó en agosto de 2017, cuando el equipo se quedó con la SBS Cup que se disputó en Shizuoka, pese a que daba ventaja en la edad, al igual que en el Sport for Tomorrow de marzo de 2018.

El proceso que lidera Robles tendrá su prueba de fuego en enero del próximo año, cuando Chile se presente como anfitrión en el Sudamericano Sub 20, que además es Preolímpico; y dispute un boleto para el Mundial Sub 20 de Polonia, los Panamericanos de Lima y los Juegos Olímpicos de Tokio.

Fotos: Archivo