La ANFP no pasó por alto los hechos de violencia y castigó duramente a Coquimbo Unido y Santiago Wanderers por los incidentes que protagonizaron sus hinchas en el clásico porteño disputado el 15 de abril pasado en el estadio Francisco Sánchez Rumoroso de la Cuarta Región.

En aquella oportunidad, el duelo que en definitiva ganaron los piratas por 4-1 estuvo a punto de ser suspendido por la explosión de una bomba de estruendo que le produjo un trauma acústico y el golpe con una esquirla al juez del compromiso, Franco Arrué.

La intervención de Carabineros permitió que se normalizara la situación, pero no salvó a los equipos del informe del juez. Y la ANFP determinó un duro castigo: Coquimbo jugará a puertas cerradas su próximo compromiso de local, ante Deportes Melipilla (26 de mayo); mientras los wanderinos no podrán acompañar a su equipo a las visitas contra Cobresal en El Salvador (26 de mayo) y Melipilla (10 de junio).

El presidente de Coquimbo, Jorge Contador, reflejó su indignación por el comportamiento de los hinchas. “Estamos muy molestos por lo ocurrido, hoy cuando más necesitamos de nuestra gente, tendremos que jugar a puertas cerradas. Por unos 10 desadaptados, no podrán ir todos al estadio . Nos hacen un tremendo daño”, reflexionó.

Wanderers suma a esta noticia la incómoda posición en la tabla de posiciones de la [[Primera B]]. El conjunto que ahora dirige Moisés Villarroel cayó al último lugar de la clasificación y quedó en zona de descenso directo a Segunda División Profesional luego de la derrota en Puerto Montt y la victoria de Melipilla en Caldera.

Fotos: Agencia Uno