La Formula 1 cada vez da menos emociones para aquellos que lideran la competencia. Las dificultades para adelantar hacen que en gran parte de la temporada, los líderes se definan por la potencia del motor o la tarea del equipo en pits. Pero no en la pista.
Sin embargo, el Gran Premio de Austria dio una oportunidad inolvidable para los fanáticos. Los dos pilotos más promisorios de la categoría reina de la velocidad se enfrentaron por el primer lugar a tres vueltas del final.
Una mala largada y una recuperación notable puso a Max Verstappen a tiro de alcanzar a Charles Leclerc, que dominaba desde la pole. En la vuelta 69, el belga atacó por el interior y al girar la curva dejó sin pista al francés.
“¿Qué diablos fue eso?”, dijo el de Ferrari por la radio, mientras Red Bull tranquilizaba a su piloto. En definitiva, la maniombra fue válida pero sobre todo, espectacular para los tiempos que se corren. Aquí está con lujo de detalles.