Todavía en Argentina no se recuperan del bochorno vivido ante Marruecos en el fútbol olímpico. El partido se igualó en el minuto quince de descuento, hubo invasión de hinchas y, tras dos horas de suspensión, el árbitro volvió a revisar el gol trasandino en el VAR y lo invalidó.
Esto suscitó múltiples reacciones desde el país al otro lado de la Cordillera. Nadie podía creer que esta vez les estaba pasando a ellos. Un cobro polémico que suele ser al revés para Argentina.
Sea como sea, los argentinos no están contentos con lo acontecido en Saint-Étienne. Así lo manifestaron los jugadores campeones de la Copa América, que se manifestaron a favor de sus compañeros en Francia.
Otro de los que se ha referido en múltiples ocasiones a lo sucedido en los Juegos Olímpicos es Javier Mascherano. El DT de la Selección Argentina se manifestó muy molesto y preocupado por lo vivido en Francia.
¿Qué dijo en esta ocasión Javier Mascherano?
En conversación con TyC Sports, el DT de Argentina salió al paso de lo ocurrido y describió las horas posteriores a la derrota ante Marruecos. Además, dijo que marca un precedente.
“Estas horas las transcurrimos bien. Obviamente que al final del partido quedamos mal por toda la situación que tuvimos que atravesar. Pero bueno, al día siguiente ya con la cabeza puesta en mañana, tratar de hacer un buen partido y de conseguir los tres puntos que nos den la oportunidad de seguir en la lucha de la clasificación”, enfatizó.
Refiriéndose al reclamo impuesto por la Federación Argentina, específicamente desde el Chiqui Tapia, Mascherano se desmarcó. “Una cosa es la vida institucional, otra la deportiva. Claramente lo que ha pasado ha dejado un antecedente peligroso”, señaló.
“Ahora en cualquier competición internacional, cualquier equipo que va ganando en una serie final, puede invadir el campo y puede pasar una hora y media, no se juega, y se juegan los últimos cuatro o cinco minutos después”, reclamó.
“Va a ser muy difícil de borrar. No sé cómo lo van a manejar en las futuras competencias”, cerró el DT de Argentina, que aún no puede creer lo que pasó en Saint-Étienne.