El racismo es una porquería presente en todo el mundo y el fútbol no queda excluido. De hecho, el balompié ha sido escenario de actos xenófobos desde siempre, y no sólo en Europa. Incluso el fútbol Sudamericano contempla hinchas con aspiraciones de una supuesta superioridad racial.

Es más: en Europa ciertas hinchas de equipos particulares tienen mayor tendencia a conductas racistas al ser encabezadas por fanáticos de ultraderecha, pero ningún club está ajeno a este flagelo.

Vinícius Júnior, el joven delantero brasileño del Real Madrid, fue la última víctima del racismo en el fútbol español durante el duelo de los merengues contra Valencia. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, mostró su apoyo público al atacante y pone énfasis en educar y quitar puntos a los equipos por actitudes discriminatorias.

“Quiero dejar claro que no hay lugar para el racismo o cualquier forma de discriminación, en el fútbol y en la sociedad. Hay que dejar de hablar, hay que empezar a actuar”, dijo el suizo-italiano en su cuenta de Instagram.

El mandamás del fútbol plantario agrega que “lo que hay que hacer no es nada nuevo, sólo aplicar las mejores prácticas, leyes y regulaciones existentes. Educación específica en las escuelas con apoyo de los ministerios de Educación. E implementar en todo el fútbol en caso de racismo, partido parado, partido interrumpido de nuevo y partido suspendido”.

Gianni Infantino sentenció que “necesitamos implementar una derrota para el equipo cuyos aficionados cometan actos de racismo que provoquen la suspensión de un partido. Y la prohibición de acceso a los estadios para los racistas en todo el mundo. Ningún racista en ningún estadio del mundo”.