Gareth Bale se echó al equipo al hombro y se transformó en genio y figura en la victoria del Tottenham Hotspurs ante Burnley por la jornada 26 de la Premier League, marcando un doblete y, de paso, ayudando a José Mourinho a escapar de la crisis.

Mou llegaba al duelo ante los Clarets con serias dudas sobre su desempeño, e incluso liderando en las casas de apuestas con su eventual despido. Sin embargo, Bale apareció como insospechado salvador para darle aire al portugués.

Cuando apenas corrían dos minutos, el galés abrió la cuenta para los Spurs y luego repitió a los 55' de juego, en un duelo que terminó 4-0 en favor del Tottenham gracias también a las dianas de Harry Kane y Lucas Moura.

Una vez finalizado el partido, José Mourinho apareció en la rueda de prensa con una actitud poco habitual en él: sumisa, calma y con ganas de admitir el error que cometió al mandar al frente a Bale y dejarlo de mentiroso:

"Gareth (Bale) es un tipo con mucha experiencia, conoce su cuerpo mejor que nadie. Sería genial para mí decir ahora que manejé la situación increíblemente bien. Pero no soy ese tipo de persona...", reconoció Mou.

El estratega portugués añadió: "a veces la gente escribe cosas, y a veces, a algunos de ustedes les gusta imaginar historias, decir cosas que no son ciertas, pero no hay un solo entrenador en el mundo que no ponga a Gareth Bale si está en buenas condiciones".

Las palabras de José Mourinho causaron sopresa, ya que el entrenador es reconocido por su personalidad implacable y por jamás recular ante una declaración.

Pero sin duda alguna ganar siempre hace que todo sea más fácil, por lo que la goleada de los Spurs ante el Tottenham no sólo sirvió para redimir a Bale, sino también para descomprimir en algo en tenso camarín.

Con la abultada victoria ante Burnley, los Spurs escalaron al octavo puesto de la clasificación de la Liga Premier con 39 puntos, quedando a sólo cuatro unidades de distancia de zona de Europa League y a seis de puestos de Champions League.