Racing Club, con un Gabriel Arias fenomenal a la cabeza, venía embalado en la Copa Libertadores: limpió a Flamengo en el mismísimo Maracaná y le ganó la ida de los cuartos de final por 1-0 a Boca Juniors, lo que hizo que en Argentina se hablara de que el equipo de los también chilenos Eugenio Mena y Marcelo Díaz y entrenado por Sebastián Beccacece, fuera hasta un candidato a la corona.

Pero todo se pudrió en la vuelta en La Bombonera: perdieron 2-0 pero Arias evitó que fuera un goleada de proporciones, ya que les llegaron por todos lados y el equipo se vio totalmente extraviado en el campo de juego.

Muchos se preguntaron qué diablos pasó y Olé reveló un hecho bastante serio: según el medio, a poco de comenzar el partido hubo una feroz pelea directiva que sacó de foco a todos los jugadores.

Siempre según la misma publicación, el el camarín de la visita en La Bombonera se trenzaron en una ácida discusión Diego Milito, mánager de la Academia, con Adrián Fernández, presidente del fútbol amateur de dicha escuadra con quien el ex delantero está enfrentado y sindicado como uno de los responsables que el gerente deportivo presentara su renuncia y siguiera en el cargo sólo hasta el fin de la participación del equipo en la Copa Libertadores, cosa que ocurrió tras la eliminación con Boca.

El diálogo subió de tono y Milito mandó a echar con seguridad a Fernández del vestuario, ya que no tenía permiso para entrar y se coló con la gente de utilería antes de que llegaran los futbolistas. Víctor Blanco, presidente de Racing de 74 años, terminó con una crisis de estrés por lo sucedido y tuvo que ser compensado en el Sanatorio Matter Dei a la mañana siguiente del cotejo, yéndose a su casa con una semana de licencia. El ex Inter de Milan, en tanto, tal como prometió, dejó su cargo una vez consumada la eliminación.