Era la tarde-noche del 6 de julio de 2015 y el pitazo final coronaba a la selección chilena campeona de la Copa América, campeona por primera vez de algo en toda la historia. En frente estaba Argentina y Lionel Messi, que no podían creer cómo la Albioceleste salía por la ventana de una nueva definición.

Messi y Argentina ya habían sufrido la decepción del subcampeonato en el Mundial de Brasil 2014 y la Roja le pegó en el suelo. Y aún se recuerda la postal de dos pequeños primos de Charles Aránguiz consolando a un melancólico Lio, que lloraba sentado en el suelo.

Los pequeños se hicieron famosos y la noticia recorrió el mundo. Tras su lindo gento de humanidad, empatía y ejemplo para muchos adultos, Maxiliano y Martín Sandoval revelaron qué le dijeron a La Pulga sobre el césped del Estadio Nacional.

“Veo a Messi tirado en el suelo y fui corriendo con el Marti donde estaba el con él. Le toqué el pelo para consolarlo y hacerle cariño. Le dije que esta vez le había tocado a Chile, que tenía que seguir intentando, capaz la próxima vez le tocaba a ellos. Le dije que había jugador espectacular, que era el mejor del mundo y no tenía que estar así”, contaron días después.

Y Messi sí tuvo que seguir intentando, y mucho. Un año más tarde la generación dorada de Chile volvió a ganarle la final continental a Argentina. En la Copa américa de Brasil 2019 el título se quedó en casa con la Verdeamarela, aunque esta vez la Albiceleste sufrió la polémica eliminación en semifinales para posteriormente ganarle el tercer puesto a la Roja.

Y llegó 2021: la Copa América se jugaba en Argentina y Colombia, pero las repercusiones del coronavirus se llevaron el torneo a Brasil pese a las dudas de muchos. La Albiceleste no pudo prestar la casa, pero sí logró quedarse con el trofeo ante la Verdeamarela, el primero de Lionel Messi con su país.

Lio Messi ya lo sabía: debía seguir intentando por más que en algunos momentos pensara que no se le daba. Tal como le tocó a la Roja en algún momento, la Copa América sería para él y Argentina. La Pulga ya lo sabía, se lo habían augurado dos niños chilenos, primos de Charles Aránguiz, en el Estadio Nacional.