Una verdadera guerra de proporciones se desató en Españaproducto de la negativa del Barcelona y el Real Madrid de darle acceso a sus estadios a hinchas que porten la camiseta o cualquier distintivo del equipo rival. Una medida que comenzó a implementar el Barca a finales del año pasado en el fútbol femenino y que se trasladó al masculino.

Todo comenzó en el 2022, cuando el Barcelona femenino impidió el paso de las hinchadas de Espanyol y Real Madrid al Camp Nou. Todo, bajo el argumento de que se buscaba bajar los niveles de violencia en los estadios.

Sin embargo, todo escaló cuando el club catalán, en su rama masculina, decidió hacer lo mismo en el duelo del pasado 31 de diciembre, cuando se enfrentaron al Espanyol. A eso, se suma lo impuesto por el Real Madrid, que bajó a solo 334 las entradas disponibles para el Atlético de Madrid en el clásico que se juega hoy.

Pero no solo eso, sino que e pusieron en un comunicado que "el Real Madrid se reserva el derecho a impedir la entrada al estadio a aficionados del equipo visitante con localidades que hayan sido adquiridas por otros canales y no estén ubicadas en dicha zona".

Es decir, aplica el mismo fenómeno: si un hincha es reconocido como hincha contrario, será aplicado el derecho de admisión.

Es por eso que los distintos clubes pusieron el grito en el cielo para que se reconsidere una medida que en Sudamérica conocemos de cerca y que, lamentablemente, tras la vuelta del público a los estadios post pandemia, fue implementada por la mayoría de los clubes.

Lo cierto es que la campaña mediática de los clubes y los medios de prensa, especialmente el diario Marca, implicó que de momento se frenara la medida. Mientras el Barcelona indicó que venderá entradas a visitantes y que estos podrán portar camisetas en su espacio determinado, el Real indicó que no se impedirá el acceso a ningún hincha con camiseta contraria.