Claudio Bravo tenía un partido tranquilo junto al Manchester City ante el Everton, pero en conjunto con su defensa se complicaron solos y le dieron vida cerca del final a los de Carlo Ancelotti.
La acción ocurrió a los 70′, cuando se fueron sucediendo los errores en el fondo a la hora de salir. Ante esto, recurrieron al chileno quien demostró su capacidad con un enganche lujoso que hizo pasar de largo a Calvert-Lewin.
El problema vendría en el segundo siguente: al intentar salir por bajo, Richarlison le cortó la jugada al portero. Hiló el Everton y el propio brasilero la empujó para poner un descuento que no se veía por dónde.
Fue una gran mala fortuna de Bravo, que apenas comenzó el partido había tenido una tremenda tapada que fue destacada por todas partes.