Miguel Ponce se fue en marzo de 2019 a San José de Oruro, en Bolivia. Le tocó enfrentar el grupo del que después sería campeón de la Copa Libertadores, Flamengo, y venció a Peñarol, pero quedó eliminado tras rematar último.
No obstante, fue creciendo con el correr de los meses y terminó clasificando, nuevamente, a su equipo a la Libertadores: esta vez a la fase previa de la edición 2020, donde chocará con Guaraní, tras terminar cuarto en la tabla acumulada en Bolivia.
Por lo mismo, la gente le reconoció el trabajo y lo ovacionó en la última fecha, donde derrotaron a Guabirá. “¡No se vaya!”, eran los gritos que más se escuchaban además del clásico “¡Ponce, Ponce, Ponce!”, de apoyo al ex seleccionado nacional.
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En agosto, Ponce estuvo a punto de salir tras meses de no pago de sueldos. Finalmente se quedó, pero su contrato terminó. Fue tentado por la Universidad de Concepción pero decidió respetar su vínculo y ahora espera por su futuro.