La gran final de la Eurocopa 2020 prometía un partidazo y vaya que no decepcionó. Este domingo Italia se impuso en los penales ante Inglaterra y se coronó como el nuevo campeón del torneo más importante de Europa a nivel de selecciones.

Los dirigidos por Roberto Mancini tuvieron que dar una dura tarea luego del empate en los 120' minutos y, desde los 12 pasos, aseguraron el segundo título del campeonato en sus vitrinas (1968 el anterior). Uno que llegó gracias a grandes individualidades, pero con Gianluigi Donnarumma como la gran figura.

Shaw y un golpe de entrada

Si había algo en lo que Inglaterra podía sacar provecho era en su localía. Con un Wembley repleto de hinchas, los locales salieron con todo a buscar el triunfo, el que encontraron en tan solo dos minutos de juego.

Cuando las piezas todavía se ajustaban en la cancha, una avivada de Harry Kane encontró libre por la derecha a Kieran Tripper, quien se acomodó y sacó un centro que pasó por encima de todos. Pero por la izquierda apareció Luke Shaw, que no dudó en meter un zapatazo inatajable para Gianluigi Donnarumma. 1-0 en el arranque que condicionó el encuentro.

Italia intentaba reaccionar, pero el buen cierre defensivo de los ingleses les hacía imposible acercarse con peligro. Y así, pese a los esfuerzos, se fueron al descanso en desventaja. La copa se les iba de las manos.

 

Italia lo empata a pura garra

Lo ocurrido en la primera mitad dolió y mucho en la azzurra. Tanto, que se adueñaron de la pelota y no le dieron una a Inglaterra. Así se fueron acercando cada vez con más riesgo, pese a los peligrosos acercamientos de los locales, que incluso reclamaron un penal contra Sterling, pero que el juez no creyó.

Mancini movió el tablero y mandó a la cancha a Bryan Cristante y Domenico Berardi, lo que terminó por confundir a los ingleses en la cancha y generar los espacios para dar con el tanto de la igualdad. Así, con el reloj en el 67’ y tras grandes intervenciones de Jordan Pickford, finalmente llegó.

Un tiro de esquina y una serie de rebotes en el área chica le terminaron dejando la pelota servida a Leonardo Bonucci, que la empujó con lo justo y decretó el 1-1. A 20 del final, la definición de la Euro quedaba al rojo vivo. Y si bien siguieron insistiendo para asegurar la llave, todo se fue al alargue.

Una guerra y consagración 

En el final de los 90', Federico Chiesa sufrió molestias y tuvo que salir reemplazado. La situación afectó de manera evidente al juego de Italia, que se quedó con poco en el ataque y solo aguantó durante el complemento. Salvo algunas llegadas, no hubo forma de romper el empate y todo se fue a la definición a penales.

Fue ahí que Donnarumma apareció en un momento justo para darle el título a Italia. El arquero estuvo notable para sacar a Rashford, que la tiró al palo, y contener los lanzamientos de Jadon Sancho y Bukayo Saka. Así, la azzurra vuelve a celebrar después de décadas un nuevo campeonato de Eurocopa en un cierre emocionante. Como todo el torneo, como el fútbol mismo.