Faltaban poco más de 20 minutos para que el partido entre Inglaterra y Alemania por los octavos de final de la Eurocopa finalizara con el marcador intacto. Fue el momento en el que Gareth Southgate, director técnico de los Tres Leones, le dio ingreso a una de las mejores armas que tenía en su banquillo: Jack Grealish.
El jugador del Aston Villa, quien quizá si el torneo se hubiese disputado como correspondía el año pasado no hubiese entrado en la nómina, fue la solución para que los británicos empezaran a traducir su superioridad en el juego por los goles que los metieron en los cuartos de final de la competición.
Al ataque inglés le faltaba la pieza que juntara todo el talento que tienen y Grealish fue la respuesta y apenas seis minutos después ayudó a destrabar la defensa germana al juntarse con Raheem Sterling, hacer una pausa, abrir a Luke Shaw quien centró a donde apareció el del Manchester City para abrir la cuenta.
Ya a falta de cuatro para el final del tiempo reglamentario, el hábil mediocampista participó directamente en el gol poniendo una precisa asistencia a la cabeza de Harry Kane, quien tuvo un socio perfecto para romper la sequía que tenía el delantero del Tottenham con su selección nacional.
Queda por ver si Grealish tendrá mayores oportunidades en lo que resta de Eurocopa para Inglaterra pero, sin duda, será una de las mejores armas que tiene Southgate a disposición para pelear por el título.