La selección española también cuenta con su Generación Dorada. Se trata de aquellos jugadores que consiguieron los más altos logros del representativo en su historia, el título de la Copa del Mundo en Sudáfrica 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012.

El empate ante Polonia este sábado dejó al conjunto que dirige Luis Enrique en las cuerdas. Antes había empatado con Suecia, por lo que necesita sí o sí una victoria contra Eslovaquia en Sevilla el miércoles para avanzar a la fase final de la Euro 2020.

El problema es que en la Madre Patria ya se encendieron todas las alarmas. Una característica es la de los pases, donde España es el número 1 con 1.712 entregas, casi 400 más que el segundo lugar, Alemania. Pero de nada ha servido.

La Roja europea está en el vigésimo lugar de fintas, lo que confirma que estamos en presencia de un equipo sin desnivel y plano en la posesión. Por eso, Polonia casi no sufrió para llevarse un empate en la segunda fecha.

Pero la tendencia se repite hace años y particularmente desde 2014, cuando Holanda la goleó 5-1 y después Chile la derrotó 2-0 para eliminar al campeón del mundo vigente en primera ronda, en un recordado partido disputado en el Maracaná.

De ahí en más, todo fue sinsabor para los españoles, que se fueron eliminados sin pena ni gloria de la Euro 2016 ante Italia y el Mundial de Rusia 2018 contra los anfitriones. Historia que puede repetir si no sale de los empates en la cita europea de este año.

La crítica se ha dejado caer. "No hubo casi desbordes, no hubo regates, nadie incomodaba. Dos regates de Pedri en todo el partido, ninguno de Koke. Sólo Dani Olmo con seis. El regateador se está perdiendo en el fútbol, en España es muy claro en un equipo con tanto pase. Se terminó por hacer previsible", asegura el reconocido Maldini.

Pablo Giralt coincide. "Muy lindo Luis Enrique, renovación, aire fresco, toque, toque, toque. Pero a España le falta jerarquía, le falta identidad. Ojo, si no le gana a Eslovaquia -y no es un rival fácil- está con un pie afuera de la Euro", sentencia.

Ante esto, Luis Enrique blinda su camarín. "Una victoria nos asegura la clasificación. Nadie nos dijo que fuera a ser fácil. Lo que tenemos que hacer es jugar mejor, ganar los partidos. La afición está ahí apoyándonos y espero estar a la altura", reflexionó.