El Mundial de Qatar 2022 viene siendo cuestionado desde su elección como sede y ahora a menos de dos meses de su inicio, se intensifican las críticas y las protestas en contra de la organización de este evento deportivo.
En Francia, varias ciudades, con París a la cabeza, decidieron llevar a cabo un boicot, que incluye, por ejemplo, prohibir que se emitan los partidos del Mundial en lugares públicos.
Esta decisión tomada por las autoridades locales llega de común acuerdo como medida para protestar contra las violaciones a los derechos humanos y al medioambiente en el país árabe.
París fue la última ciudad en unirse a este boicot, luego de otras importantes urbes como Marsella, Lille, Burdeos, Reims, Nancy o Rodez.
Benoît Payan, alcalde de Marsella, señaló: “Esta competición se ha convertido poco a poco en un desastre humano y medioambiental, incompatible con los valores que queremos que se transmitan a través del deporte y especialmente del fútbol”.
Por su parte, la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, manifestó que organizar una Copa del Mundo en Qatar es “un disparate en términos de derechos humanos, medioambiente y deporte”.
La edil de Estrasburgo, Jeanne Barseghian, declaró: “Es imposible que no escuchemos las numerosas alertas de las ONG que denuncian los abusos y la explotación de los trabajadores inmigrantes. Miles de trabajadores extranjeros han muerto en las obras, es insoportable”.
“Estrasburgo, capital europea y sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, no puede consentir decentemente estos abusos, no puede hacer la vista gorda cuando los derechos humanos se incumplen de esta manera”, añadió.
Además de no permitirse la transmisión de los partidos en lugares públicos, estas ciudades prohibirán las fans zones. Todo esto, pese a que la selección de Francia es una de las candidatas a ganar el Mundial.