Un chileno protagoniza una de las polémicas del momento en el fútbol italiano. Pero no se trata de un jugador, sino que del asaltante José Carlos Aliaga Sagardia, quien acusa haber recibido una golpiza de parte del delantero de la Roma Stephan El Shaarawy.

Los hechos del pasado 12 de febrero han sido ampliamente conocidos. El ladrón trató de robar el auto Lamborghini del Faraón, que se encontraba jugando PlayStation al interior de la casa de un amigo, el ex jugador de Atlético de Madrid Alessio Cerci.

Cuando El Shaarawy escuchó la alarma, salió a la calle para sorprender a Aliaga Sagardia en malos pasos. Y posteriormente las versiones se separan: el delincuente, condenado a 18 meses de cárcel por estos hechos, acusa haber recibido una paliza del jugador.

El ariete se presentó ayer ante el fiscal Carlo Villani y descartó participación en una pelea. "Yo perseguí y tiré al ladrón al suelo, pero después no lo toqué", fue la declaración que hizo, respaldada por la versión de algunos testigos.

 

Sin embargo, el caso tiene una arista más. Y es que las misma versiones aseguran que Aliaga Sagardia se inflingió cortes y golpes después de la detención, lo que podría explicar su condición. Además, no quiso hacerse radiografías cuando fue llevado a un hospital.

Las pruebas que presenta el chileno son de dos y tres días más tarde, que revelan incluso una fractura que dejó el supuesto ataque con dos meses de licencia como consecuencia, pero hoy son puestas en duda por la fiscalía italiana.