La jugadora de básquetbol de Estados Unidos detenida en Rusia por tráfico de drogas, ha sido trasladada a una colonia penal del estadio soviético, confirmaron sus abogados. Sin embargo, lo que más preocupa de la situación es que todavía no tienen noticias sobre su paradero oficial. 

A Griner la condenaron a 9 años de presidio por posesión e introducción ilegal de narcóticos a través de la aduana por una pequeña cantidad de aceite de cannabis que fue encontrado en su equipaje. La jugadora iba a continuar su carrera tras terminar la temporada en la WNBA, algo que suele ser muy común, pues en el estado soviético, pueden llegar a cobrar hasta cuatro veces más que en la liga norteamericana. 

El caso de Brittney Griner es especial, porque el consumo de aceite de cannabis es por prescripción médica para luchar contra los dolores crónicos que padece por culpa de las múltiples lesiones que ha sufrido a lo largo de su carrera. Aún teniendo conocimiento de esto, las autoridades rusas hicieron caso omiso y decidieron continuar adelante hasta imponerle una pena superior a los nueve años de cárcel. 

En un primer momento, Griner no se declaró culpable de los delitos, ya que tenía la esperanza de que Estados Unidos pudiera interceder por ella ante lo que había definido como "un descuido". La basquetbolista argumentó que hizo su equipaje tan rápido que "no me di cuenta de que en Rusia no se pueden consumir esas sustancias con la libertad que puede hacerse en algunas zonas de los Estados Unidos". 

Después de ver que no avanzaba el caso, Brittney asumió su culpabilidad para intentar destrabar el proceso, pero todo ha ido peor porque el país norteamericano no ha conseguido acordar el intercambio de presos que se suponía que sería entre Griner y otro estadounidense detenido en Rusia (Paul Whelan) por Viktor Bout, un famoso traficante de armas ruso condenado a 25 años de cárcel en Estados Unidos. 

El equipo de abogados de la jugadora confirmó ayer que Brittney fue evacuada de la cárcel donde permanecía el pasado 4 de noviembre para ser enviada a una colonia penal rusa donde pasaría a realizar trabajos forzados. Sin embargo, aún desconocen cuál es su ubicación actual y tampoco saben cuál será su destino final. 

A pesar de lo preocupante de la información, los abogados manifestaron que Rusia suele comunicar este tipo de decisiones por correo electrónico y que este tipo de comunicados pueden sufrir retrasos de hasta 15 días, por lo que no pierden la esperanza de conocer el paradero de su defendida.