Javier Parraguez vivió una noche excepcional. Dejó a tres jugadores en el camino y cedió el balón para que Pablo Mouche anotara el gol del triunfo de Colo Colo sobre Audax Italiano, acción que significó tanto para el Cacique como para el delantero oriundo de Cerro Navia.
“Es muy colocolino. Su madre es súper colocolina. Y él sólo repite que lo único que quiere es salir de esto, que está sufriendo por el presente del equipo”, asegura un cercano al artillero que tiene contrato hasta 2023 con el conjunto albo.
Eso lo reconocen en el camarín del equipo popular. De hecho, llamó la atención que la mayoría de los jugadores celebrara el infartante desenlace con él y no con Mouche, que tuvo un festejo más aislado. Nadie lo necesitaba tanto como Parragol.
El delantero tuvo que borrarse de las redes sociales por el constante acoso y los insultos que recibía de los hinchas de Colo Colo en tiempos de vacas flacas. “Lo atacaban tanto que estaba loco”, reconocen en su entorno.
Hasta pensó en irse del Cacique, con una exótica oferta proveniente de Japón. Pero hoy espera que el pase gol ante Audax sea la llave para un futuro mejor en Colo Colo, una puerta que comenzó a abrirse con la llegada de Gustavo Quinteros a la banca.
El argentino nacionalizado boliviano le ha dado “la confianza” necesaria para comenzar a progresar en el juego. “Ahora está re contento, dice que en los entrenamientos se está matando y que se siente más considerado por el profe”, dicen sus íntimos.
¿Qué viene para Parragol? Lo que más le importa es dejar a Colo Colo en Primera División, sin importar el protagonismo que tenga en la campaña. No es sencillo quitarle la titularidad a Esteban Paredes y menos en la actual condición del equipo.
Pero el Búfalo sigue de pie y con 30 años cree que todavía le quedan balas en el cartucho, listas para disparar para defender la permanencia del equipo en la serie de honor. Parraguez sólo quieren que le permitan ser un aporte.