Ignacio Jara hizo lo imposible por ir a Colo Colo y hasta se declaró en rebeldía con Cobreloa, club quera dueño de su pase, en una tortuosa negociación a mediados de 2020. Tenía otras ofertas, pero el urdo quería sí o sí llegar al Monumental y lo consiguió, teniendo su capítulo de gloria en la historia de la salvación alba con un zurdazo ante Unión La Calera que le valió mucho al equipo de Gustavo Quinteros.
Ahora, Jara la rema de atrás para ganarse un puesto y se supo por qué quería tanto llegar a Colo Colo: en diálogo con el canal oficial del auspiciador del Cacique, Pilsen del Sur, relató su amor de chico por el equipo que ahora defiende y hasta una locura que hizo.
“El que más me inculcaba a que yo fuera colocolino, fue mi padre. Es súper hincha, incluso tiene un indio en el pecho, como toda mi familia. Ahí empezó el amor por Colo Colo, es un amor incondicional por todo lo que genera esta club de mucho esfuerzo y sacrificio, al igual que mi familia, nunca nos regalaron nada”, contó.
“Ahora estar acá es un premio al esfuerzo, a que nunca bajé los brazos, ese amor por Colo Colo es fundamental, desde muy pequeño que tengo noción y el primer estadio que visité fue este”, complementó.
Finalmente, Nacho Jara confesó que “nunca tuve lazo con Colo Colo en tema de fútbol (de cadetes), pero si tengo una anécdota que la hice solo una vez. Un día tuve que ir a entrenar por otro club, decidí no ir a entrenar y tampoco a estudiar y bueno, puse una polera mía de Colo Colo afuera del metro Pedrero, ahí estuve toda la tarde hasta hacer la plata con un amigo para ir al estadio y alentar al equipo. Fue un partido contra O’Higgins, estaba lloviendo y me puse en un codo. Después me llegaron los retos en la casa, pero no me arrepiento”.