Ingenuamente, muchos pensamos que la medida del éxito en el fútbol es la trayectoria del jugador. Los grandes equipos europeos están en la cúspide de esa evaluación. Así, el que la rompió vistiendo la camiseta del Real Madrid estaría por encima de aquel que llegó a una final del torneo nacional con Palestino.
Es confuso, pero, como en la vida, los resultados no son un punto en una gráfica. El goleador del Real Madrid puede bien ganar millones y tener un escritor fantasma que relate su biografía, pero envidiará al anónimo que puede caminar por las calles sin necesidad de camuflarse.
Cada caso puede ser su propio éxito. Es así como llegamos a la vida del ganador de un reality que, sin oportunidades en el fútbol chileno, decidió probar suerte en el exótico fútbol dominicano. Y terminó viviendo en un paraíso.

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Nuestro personaje: ¿Quién es Nelson Saavedra?
Agradecido: así se mostró Nelson Saavedra cuando lo contactamos de RedGol. Mientras en Santiago el termómetro apenas toca los quince grados, el ex futbolista nos habla desde unos agradables 32. Vive el sueño de todo veranista.
Radicado en República Dominicana desde hace cinco años, el ex defensa de Audax Italiano, Palestino, Santiago Wanderers y Cobreloa, entre otros, hace patria en uno de los lugares más turísticos del planeta. Es uno de los entrenadores del Punta Cana F.C.
La pandemia lo llevó allá, pero la suerte lo mantuvo. Su historia puede no sonar a los hitos del ganador de un Balón de Oro, pero vivir en un paraíso está muy lejos de sonar a algo despreciable. Nelson Saavedra nos habla de una historia que podemos dividir en tres tiempos: el reality, el grande de Brasil y la vida en Punta Cana.
Reality: cuando le ganó a Eduardo Vargas
No existían las redes sociales. Ni Whatsapp, ni Facebook eran furor aún. Nos situamos en el año 2005, cuando Fox Sports y Adidas hicieron un reality show entre cadetes de distintos clubes de fútbol. El ganador pasaría dos semanas entrenando en el Real Madrid.
Allí estuvo Felipe Seymour y Eduardo Vargas. Tras distintas pruebas, sin embargo, el ganador no fue ninguno de ellos. Nelson Saavedra terminó viajando a España y viviendo una experiencia inolvidable.

Nelson Saavedra vistiendo la de Santiago Wanderers | Photosport
¿De qué se trató ese reality show?
“Cada club elegía cinco o seis jugadores de alguna edad y los mandaba a competir. El año que me tocó a mí, las generaciones en competencia eran entre 1988 y 1990. Mandaban a los de mejor proyección. Y bueno, nos juntaron en Quilín, nos explicaron cómo era la competencia y estábamos todos felices, porque nos regalaron zapatos e implementos. Fue lindo, porque nosotros no ganábamos plata todavía y no teníamos muchas cosas”
¿Y cómo se desarrolló la competencia?
“Los menos votados iban a duelos. Podían ser distintas pruebas: tiros libres, penales, tenis-fútbol… A veces, traían jugadores profesionales y jugábamos contra ellos”.
¿Y cómo fue la final?
“La hicieron en el Mall Florida y se trató, primero, de un tenis-fútbol. Cada uno de los cinco finalistas hizo dupla con un futbolista de Colo Colo. Estaba Rodolfo Madrid, Braulio Leal, Arturo Sanhueza, Kalule Meléndez y Luis Mena. A mí, por suerte, me agarró Braulio y me dijo ‘tú, juega conmigo’. No sé de dónde me conocía, pero en algún amistoso con Palestino parece que nos habíamos encontrado. Él era buenísimo, un tremendo crack, así que me ayudó mucho. Después, llegó al final verdadera, que era un uno contra uno en una cancha de dimensiones reducidas. Jugué contra Luis Pavez, siete minutos. Ahí, terminé ganando…”.
¿Y te fuiste a España?
“Sí, estuve entrenando dos semanas con el Real Madrid. Entrené con los juveniles y fue vivir la experiencia más que tener las chances de quedarse. Además, estaban los Galácticos en ese tiempo en el Real Madrid, así que todos los días los iba a ver entrenar. Tengo fotos con todos”.
Volviendo al reality, ahí fuiste compañero de Eduardo Vargas…
“Sí, él era muy buena gente. Era menor que yo y pegamos buena onda, porque era bajo perfil, muy humilde. No fuimos mejores amigos, pero siempre nos llevamos bien. De hecho, compartimos camarín en la Selección, cuando salimos campeones del Esperanzas de Toulon, con Ivo Basay como DT”.

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Salto a un gigante de Brasil: una decisión rápida
La carrera de Nelson Saavedra en el fútbol profesional comenzó de forma vertiginosa. Con apenas 20 años, fue uno de los defensas de Palestino en la final ante Colo Colo en el Clausura 2008. Tras un polémico arbitraje de Rubén Selman en el empate 1-1 en el Nacional, el Cacique se impuso en casa por 3-1 y barrió con las esperanzas del Tino de coronarse nuevamente campeón, tras 31 años sin títulos.
Al año siguiente, Nelson integró la Selección Chilena que vengó la final perdida en la versión precedente del Torneo Esperanzas de Toulon. Con gol de Gerson Martínez, aquella Sub-20 se quedó con uno de los títulos más recordados por nuestro entrevistado en su carrera.

Nelson Saavedra jugando contra la U | Photosport
¿Y cómo llega la oportunidad de ir a Brasil?
“Bueno, es gracias al Torneo Esperanzas de Toulon, que ganamos con Chile. Un día me habló un representante uruguayo que trabajaba en Brasil y que era muy conocido. Se llamaba Juan Figer y era muy importante, pero yo no lo conocía. Me llamó y me dice ‘mira hay una oportunidad en Brasil, si quieres venir me tienes que firmar un contrato’. Él estaba en Brasil y yo en Chile, entonces como que desconfié”.
¿Y cómo terminaste confiando en él?
“Después de unos días me llegó un contrato a la casa, de como cuarenta hojas. Ahí caché que era en serio y me di cuenta que Juan Figer era importante. Había representado a gente muy conocida: Ze Roberto, Kaká, se había metido cuando Ronaldo se fue de Brasil. Así que terminé firmando”.
¿Firmaste y listo? ¿A qué club te ibas? ¿Sabías?
“Claro, firmé y al mes me llamaron. Tenía que irme en dos días a Brasil. Así de la nada, ni siquiera me dijeron club. Y yo sin mucha experiencia partí solo para allá. Viajo, conozco a Juan Figer y me dice que voy a firmar en Sao Paulo”.
Tremendo club…
“Sí, después, cuando la persona que estaba encargada de mi transporte me habla, todo en portugués, me dice ‘tú no te das cuenta que estás yendo a uno de los equipos más grandes de Brasil’. Y yo no tenía idea, no conocía mucho de equipos brasileños. Claro, venían de ser tricampeones”
¿Y cómo fue la experiencia?
“Fue increíble. Ellos estaban muy adelantados para la época, tenían gimnasio, piscina, podología, peluquero y un complejo hermoso. Estuve dos años y me fui a préstamo a otro club y de ahí retorno a Chile”.
Además, un país muy futbolizado
“Exacto. Brasil es un país hermoso, sobre todo por la gente. Muy humilde, muy risueña. Todos andan alegres. Me llamaba la atención cómo eran, culturalmente. Y, como dices, son muy futbolizados. Todos los partidos a estadio lleno. Ahí te das cuenta por qué son una potencia, por qué generan tanto dinero. Ellos viven el fútbol con pasión, como se tiene que vivir”.

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Pandemia, oportunidades y cambio de vida: República Dominicana
Pasó por varios equipos chilenos. El retorno de Nelson Saavedra a Chile significó vestir camisetas de distintos colores. Audax Italiano fue la escuadra en la que pasó más tiempo, aunque Deportes Melipilla resultó el fin de su tramo en la competencia nacional.
Los difíciles momentos vividos en la pandemia fueron los que propiciaron la salida de Nelson Saavedra hacia nuevos horizontes. Lo extraño es el lugar en el que recaló, República Dominicana, un país que no es conocido por su fútbol.

Disfrutando de las bondades de Punta Cana | Instagram
¿Cómo fue que la pandemia propició tu salida a República Dominicana?
“El tema de República Dominicana fue el 2021, cuando estaba la pandemia. Yo, justo cuando empezó el tema de los encierros, quedé libre, sin contrato, y el fútbol estuvo parado. Nadie contrataba, ni nada. Me costó mucho encontrar club. Y de repente, sale la opción de un amigo empresario que estaba en República Dominicana, que era socio de un club y me dice ‘mira acá recién se está moviendo esto del fútbol ¿Por qué no te vienes?'”.
Y partiste…
“Así fue. Como yo no encontraba nada, decidí seguir en la rueda y pensé en irme seis meses para ver qué onda. Ahí llegué a un club acá. Vine, al final un año”
Llegaste a un país muy poco futbolizado, además
“Sí, de hecho, poca gente sabe que aquí hay fútbol. Uno piensa en playas, en béisbol y básquetbol. El fútbol está como en cuarto lugar en los deportes populares. Recién con los Mundiales está creciendo”.
¿Y el nivel?
“La Primera de acá es como una Tercera de Chile a nivel de fútbol. No está bien el tema de cadetes, es muy precario. Falta invertir, pero como no son televisados los partidos, no entra mucho dinero”.
¿Y cómo es que, pese a no ser un país futbolizado, aún estás ejerciendo por allá?
“Justo antes de devolverme a Chile dije que iría de vacaciones a Punta Cana, para aprovechar que estaba acá. Fui a ver a un amigo, Facundo, y él era profe en un club. En esa, me presentó al dueño del club, Luis Flores, una gran persona, una persona maravillosa. Y a los dos días, él me contacta, me dice que quiere hablar conmigo y me ofrece trabajar de entrenador. Me mostró la filosofía del club, cómo se manejaban y yo me enganché. Así me fui quedando. Entrenaba a niños de ocho años, hasta veinte. Uno se encariña demasiado con los niños”.
¿Y la carrera de futbolista?
“Dejé de jugar, no quise seguir jugando, total ya tenía 34, 35 años. Me dediqué a ser entrenador y era la primera vez que yo era profe, que hacía clases. Pero, fue todo súper casual. Vengo de vacaciones, antes de irme a Chile y todo se dio natural. Ya llevo cinco años”.
Cuéntanos del club en el que estás
“El club de cadete se llama Punta Cana FC.. El dueño es argentino, una tremenda persona. La academia es familiar, muy linda. Y finalmente, estoy contento. Cambiar de futbolista a entrenador es hacer algo distinto. Extraño un poco la adrenalina de jugar, pero trabajar con niños, enseñar, llena muchísimo. Además, transmitir la experiencia de uno. Yo peleé descensos, viví cosas lindas, jugué por Chile… Así que me gusta mucho lo que hago. Quiero seguir creciendo, quemando etapas”.
Quemando etapas en Punta Cana, ideal…
“Jaja, sí, me he ido quedando por la tranquilidad y por estar lejos de la ciudad. Vivir en Punta Cana es muy lindo, muy tranquilo. Si te gusta la playa estás en el paraíso prácticamente. No hay frío. Siempre calor. Hay una época en que en las noches tienes que ponerte, de repente, un polerón. Pero, normalmente, es short y musculosa”.
¿Y se extraña Chile?
“Extraño a la familia, a mi gente. Y, bueno, la comida. Hay de todo acá, pero no es lo mismo de Chile. Lo que más venden acá son los chinos, le llaman pica pollo. Pollo frito con arroz chaufán y lo mezclan. Hay cosas a las que hay que acostumbrarse, que no hay en Chile, además. Como el tránsito, la locomoción, cómo moverse. Siento que están más atrás. Y, culturalmente, los dominicanos no son tan abiertos de mente”.

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