Jorge Acuña habló con el programa Arriba de La Pelota en Radio Agricultura y abrió su corazón sin miedos para ayudar con sus errores a que los más jóvenes no tropiecen con la misma piedra.

De hecho, Kike trabaja actualmente con niños en una escuela de fútbol en Ovalle y con claridad mira el pasado dejado atrás.

“Cometí bastantes errores en mi carrera como futbolista, no sólo dentro sino fuera de la cancha. Pude ir a equipos de nivel internacional y me metí en el tema de la farándula, me fui por otro camino. Pero cumplí todo lo que quise. Quizás ese fue el problema: a los 23 toqué techo muy pronto porque se me acabaron los sueños. A mi familia cuando me fui de Ovalle les prometí jugar en Universidad Católica, en la selección e irme al extranjero”, dijo.

Agregó que “he recuperado el respeto que algún día perdí y puedo caminar con la frente en alto. Mucho tiempo salí a la calle mirando al suelo. La gente es cruel. Me decían invita a un carrete, invita un copete. Hoy estoy feliz. Es una cuarta oportunidad en mi vida”.

Incluso compartió el punto de quiebre entre el tormento y su nueva forma de ver la vida, en medio de una durísima conversación con su madre.

“Decidí irme a Ovalle, seis meses con mi familia y le dije a mi mamá; si sigo así me voy a morir y no voy a poder hacer las cosas que quiero hacer. Hoy mi vida no es llena de lujos como antes, pero estoy feliz. A lo largo de mi carrera me insultaron y me gustaba… pero el problema era cuando iba con mi madre, con mi hija… y no tenían cuidado en gritarme cosas. Termine mi carrera en silencio, no como quería”, expuso.

Pero lo importante es que el ex volante ahora es otro y disfruta de su trabajo de formador. Lleva meses sin consumir alcohol y ocupa su experiencia para darle una mano a otros futbolistas que pasan por lo mismo.

“Mucha gente no habla de esto por vergüenza. Cuando uno pierde la vergüenza del qué dirán es el primer paso para cambiar. Hay muchos jugadores que me llaman y me preguntan: ‘Kike, cómo lo hiciste, porque yo estoy cagado y no puedo salir’. Para alegría mía he podido ayudado a un par. Tengo contacto con ellos porque es lógico tener crisis y ahí estoy para ayudarlos a seguir”, expuso.

Sentenció que “ha sido una experiencia súper bonita, hace un largo tiempo que he limpiado mi imagen, me siento orgulloso. Un año y cinco meses sin alcohol con mucha fuerza de voluntad. Fue lo que trajo problemas a mi carrera. Le comento a los niños las cosas buenas y malas que hice. Y soy abierto a conversar con los padres”.