Un abatido y lánguido Alfredo Arias habló tras el amargo empate de Universidad de Chile contra Audax. La U pierde dos puntos importantes en la lucha por permanecer en Primera A y el DT queda al borde del abismo. Este domingo los azules pueden quedar como colistas absolutos en la tabla.
Pese a todo, el adiestrador uruguayo adelantó que no renunciará y su salida depende de la decisión de Azul Azul, que como si fueran pocos los problemas en el Chuncho, no pasa un buen momento económico para pagar la indemnización.
Respecto a su trabajo y el presente de la U, Arias manifestó que “sin dudas los números en el torneo nos condenan a raíz de los primeros partidos que tuvimos desde que nos metimos en este problema. Sabíamos que el reinicio de torneo sería duro contra equipos que pelean arriba”.
Agregó que “lo que diga será usado en mi contra por la realidad de estar en zona de descenso. Tengo la tranquilidad de trabajar en pos de mejorar esto. La responsabilidad es toda mía, los jugadores entregan todo en la cancha. Estamos en esa mala suerte que la pelota nos paga dos centímetros fuera del palo”.
Tras el pitazo final, los hinchas de la U cantaron pidiendo la salida del entrenador y el DT marchó a camarines bajo una lluvia de pifias y silbidos. Eso sí, Arias dejó entrever que no ve mucho futuro en la banca azul
“Todo lo exalta o lo resalta el resultado y no conseguimos ganar. ¿Las pifias? La gente tiene el derecho, la U es un equipo grande y la hinchada siempre ha estado ahí apoyando. ¿Qué siento? Lo que sentiría cualquier ser humano”, sostuvo.
Añade que “cómo piensas que puedo estar. ¿Loco de la risa? Lo del tercer refuerzo no sé… son conjeturas de los que pueda pasar. Con los jugadores que tengo hoy son con los que puedo pelear hoy y son suficientemente hombres para sacar esto adelante”.
Complementa: “este no es mi mayor fracaso en la vida, he tenido fracasos más grandes en la vida. La fuerza la saco de la familia, nadie me regaló nada y puedo mirar a todos a la cara, porque todo lo que tengo me lo gané con trabajo”.
Por último sentenció que “¿nos superó Audax? Si nos hubiesen tomado la mano nos golean o ganan. Nos empataron”.