Caras tristes adornan la banca de Everton de Viña del Mar tras el partido perdido en el último minuto ante Universidad de Chile. Lucas Assadi le quitó toda chance de sumar al equipo ruletero y dejó por el piso la moral en el club.
Sin embargo, nadie se esperaba que las palabras del técnico de Everton, Esteban Solari, fueran tan tajantes. En la rueda de prensa post partido, el DT ruletero no se guardó nada y dirigió los dardos contra… ¡un jugador suyo!
Resulta que, según el análisis del técnico, lo que principalmente dificultó el desempeño de Everton en el duelo ante la Universidad de Chile fueron las lesiones. Al parecer, según Solari, otra cosa hubiese sido con guitarra.
El tema es que el técnico ruletero fue un paso más allá y, en vez de simplemente quedarse con la excusa de las lesiones, apuntó directamente a un jugador del plantel como el directo culpable de la derrota.
Lo mató
Esteban Solari la tiene clara. No fue un partido perfecto, pero los errores pasaron por ciertos detalles. Para el técnico, uno que tuvo gran relevancia fue el que cometió Axl Ríos sobre el final, que permitió el gol de Lucas Assadi.
“La inexperiencia le juega una mala pasada a Ríos. Axl llega a la posición y, en vez de despejar, termina dejándoselas. Dio prácticamente un pase gol”, enfatizó el DT del cuadro de Viña del Mar en conferencia de prensa, centrando gran parte de la culpa en el volante oriundo de Talagante.
“Si tuviésemos todo el equipo, no hubiésemos tenido que recurrir a los jóvenes. Pero, bueno, siempre se puede aprender del error. Algunos duelen más que otros”, siguió el técnico, no contento con las palabras de jubilación contra Ríos.
¿Cuál fue el gran problema según Solari? El hospital en el que se ha transformado Everton. “Las lesiones no se pueden controlar del todo. Hacemos un plan preventivo y queremos tener dos jugadores por puesto. Lo de Chaco hoy fue un tema de la rodilla. Porque, hay ciertos momentos en que la suerte influye”, resaltó, para finalizar con un “hay que tratar de sacarse de encima la sensación amarga”. Aunque, el más amargo, según Solari, ya todos sabemos quién debe ser.