Novak Djokovic (3°) se transformó en el primer finalista de Roland Garros. En la semifinal soñada del torneo, se impuso al español Carlos Alcaraz (1°) en cuatro sets, por parciales de 6-3, 5-7, 6-1 y 6-0, en un cierre un tanto agridulce para el partido, ya que el número 1 del mundo sufrió de severos problemas físicos.
Los primeros dos sets de partido fueron una verdadera fiesta del tenis, con ambos jugadores regalando puntos increíbles y dejando todo en la cancha. Tal como se había esperado en la previa, Djokovic y Alcaraz tenían vuelto loco al público francés.
Sin embargo, la situación cambió radicalmente en el 1-0 del tercer set, cuando el español empezó a acusar de serios calambres, que inicialmente se focalizaron en su pierna derecha, pero que luego comenzaron a avanzar hacia la otra pierna y también a los dos brazos.
Con la movilidad visiblemente reducida, el español intentó seguir batallando, pero el físico ya no le daba y finalmente vio como el serbio le quebró una y otra vez para ganar los dos set siguientes con demasiada facilidad.
Alcaraz intentó dejar que pasaran esos calambres y en el arranque del cuarto set realizó un atisbo de reacción, dejando a Djokovic con puntos de quiebre. Sin embargo, fue un espejismo, ya que los problemas persistieron y dejaron vía libre para que Nole se metiera en la final.
Ahora, Djokovic va por recuperar el número uno del mundo en la gran definición del torneo. Ya aseguró ascender al segundo puesto, pasando a Daniil Medvedev, pero de ganar la final, volverá al primer escalafón del ranking mundial, superando al propio Alcaraz.
Pero lo que es más importante, de ganar ese partido, ante el ganador de Alexander Zverev y Casper Ruud, superará a Rafael Nadal en el ranking de los más ganadores de Grand Slam y quedará en la historia como el que más títulos de este tipo ha ganado en la historia, con 23.