Tanto laUniversidad de Chilecomo laUniversidad Católica cuentan las horas para terminar la revancha de los cuartos de final de la Copa Chile, que gana 1-0 la UC gracias a un gol de penal de Fernando Zampedri. Serán 85 minutos que se disputarán a puertas cerradas en el estadio El Teniente de Rancagua, una sede diferente a la del inicio: el Elías Figueroa Brander de Valparaíso, testigo de los petardazos que dejaron en el piso al portero azul Martín Parra, quien repetirá la titularidad en la definición de la llave.

El golero fue ratificado en la oncena por el DT del equipo, Sebastián Miranda, quien está consciente de que el plantel no puede preocuparse de lo ocurrido en el plano externo al futbolístico. Pero en los paneles de comentaristas todo eso no se puede pasar por alto. Así ocurrió en Al Aire Libre en Cooperativa, que tuvo a un panelista muy crítico con la reanudación del clásico universitario: Igor Ochoa.

“Si todo funciona dentro de lo previsto, Universidad Católica y Universidad de Chile cerrarán su llave de Copa Chile. La escenografía de este partido naturalmente no guarda relación con la rica tradición del duelo. No se trata de hacer un ejercicio de nostalgia exagerada, pero desde ya, cuando las universidades se enfrentaban en otros partidos que no eran los del torneo oficial, igual la trascendencia de la confrontación atraía multitudes”, fue parte del análisis que hizo el Polaco en el editorial del programa.

El periodista agregó “que hoy se juegue sin público y en medio de polémicas dirigenciales de bajo monto nos habla de un reflejo más preocupante: si este partido, que en la década del 60 fue el símbolo de la gran rivalidad futbolística, se efectúa hoy en la soledad del estadio rancagüino es porque casi todo se ha hecho mal y el fútbol chileno va perdiendo la esencia de sus mejores costumbres”.

“Terminará el partido, los ganadores celebrarán, algunos escribirán en Twitter más de algún lugar común con pretensiones de gran aporte intelectual, pero ver este partido en esta situación provoca a lo menos una tristeza inicial que cuesta sacarse del corazón”, fue el nostálgico comentario de Igor Ochoa, un comunicador que nunca ocultó su amor por el Romántico Viajero y que cada cierto tiempo recuerda que el pasado quizá fue mejor.

“Había una rivalidad fantástica. Entiendo cuál es el sentido de la modernidad. Hoy se jugará el partido y el que gana va a festejar porque eso nunca es indiferente. Se destacará quién fue el mejor, pero transformaron este clásico universitario, que se jugaba con multitudes, en un partido sin gente. Decirle clásico a esto que se juega hoy es una desmesura. No quiero arrastrar a nadie, pero no tiene nada que ver con lo que yo vi, aprendí y pude gozar cuando estaba en la década del 60. No le diré clásico, es un partido entre la Universidad Católica y la Universidad de Chile por la Copa Chile”, cerró el experimentado comunicador.