Max Verstappen volvió a imponerse en el Gran Premio de Bélgica. El neerlandés alcanzó su octavo triunfo consecutivo en el gran circo y se encamina a paso firme rumbo al tricampeonato.
En la mitad de la temporada ya suma 125 puntos de ventaja sobre su máximo perseguidor, Sergio Pérez. De mantener esa ventaja, podría coronarse con cinco fechas de anticipación, en un año con muy poca discusión en la categoría reina del deporte motor.
Y por lo mismo, la temporada empieza a hacer noticia por otras cosas que no tienen que ver directamente con lo deportivo. La semana pasada, pasó que Lando Norris, piloto de McLaren Mercedes, que alcanzó el podio, rompió accidentalmente el trofeo de Max, causando risas en redes sociales.
Parecía que la situación había quedado ahí, pero la “mala suerte” de Verstappen y sus trofeos no terminó en Bélgica. En el tradicional circuito de Spa Francorchamps, ahora fue su propio equipo el que se encargó de destrozarle la copa que recibió por su triunfo.
En la fotografía que Red Bull organiza para celebrar los triunfos, una vez finalizada la carrera, suele pasar que una vez tomada la foto, los pilotos corren para evitar recibir el champagne lanzado por los mecánicos y directivos del equipo.
Sin embargo, ahora la situación salió mal porque parte del equipo también salió corriendo, derribando el tablero que anunciaba el resultado y, con ello, la copa recibida por Verstappen en el podio. Un enorme fail que fue recibido con sorpresa por el piloto, aunque finalmente se lo tomó para la risa.
Ahora la Fórmula 1 entra en receso veraniego previo a volver a la competición en el Gran Premio de los Países Bajos. Habrá que ver si en casa, con el público a su favor se rompe la racha de trofeos rotos. Para que pase tendría que volver a ganar, aunque a estas alturas parece mucho más fácil esto último.