Minuto ocho del partido entre el Olympique de Marsella y el Lens. Kevin Danso duda en la la salida, cerca de su área. Alexis Sánchez, veloz, consigue arrebatarle la pelota, hace una bicicleta frente al arquero y ¡paf! la manda adentro de las redes. El chileno festeja, la hinchada del OM celebra y el árbitro, Clément Turpin, mira con sospecha, mientras aprieta el auricular contra su oído. Desde el VAR le han dicho que es falta y con tan solo una mirada rápida a la repetición toma una decisión polémica: el tocopillano cometió foul sobre el defensor austriaco. El gol es anulado.
Este relato, que puede parecer anécdota, es en realidad el motivo por el cual varios hinchas marselleses no pudieron conciliar el sueño entre sábado y domingo. Turpin, cual Freddy Krueger, se colaba en la cabeza de quienes lograban llegar a la fase REM. Había que hacer algo al respecto.
Y se hizo. Un grupo de hinchas del OM decidió que lo mejor era iniciar una campaña para que el juez no pudiese nunca más arbitrar al equipo del sur de Francia. Esta especie de orden de alejamiento se realizó a través de Change.org y lleva por nombre “Petición para que Clément Turpin no sea nunca más autorizado a arbitrar al Olympique de Marsella”.
Si bien varios usuarios de Twitter colocaron en la cuenta azul de pajarito su comprobante de firma, al momento de escribir esta crónica tan solamente 110 eran los que se habían sumado a la campaña.
Una de las cosas más repetidas por los hinchas del Marsella es que este tipo de cosas le pasan al equipo porque son los más odiados del fútbol francés. Un justificativo un poco paranoico, pero que tras la polémica decisión arbitral de Turpin, suma un nuevo argumento para seguir propagandoel mito.