Gustavo Quinteros, contrario a lo que pensaba, no ha tenido días tranquilos en Colo Colo después de salvarlo del primer descenso de su historia. El tema con los refuerzos comenzó bien y ágil. Así llegaron Juan Carlos Gaete, Miiko Albornoz, Martín Rodríguez, Leonardo Gil y Felipe Fritz. Este último, si bien no lo pidió, se presentó como una oportunidad de negocio para Blanco y Negro le terminó dando el visto bueno.
No obstante, también solicitó otros dos puestos críticos: primero, quiso que se quedara Julio Barroso, y cuando ya se fue pidió un reemplazo a la altura como marcador central. La historia es sabida. Por otro lado, para el 9 el presupuesto no alcanza y con los cupos de extranjeros topados si es que llega un central foráneo, o reviven las ya congeladas conversaciones con Talleres por Favio Cabral o se tendrá que contentar con el impredecible Nicolás Blandi, Javier Parraguez, Iván Morales y el joven Luciano Arriagada.
Estos dos puestos tiene mosqueado al argentino. A tal punto que ya no se dirige la palabra con Harold Mayne-Nicholls, vicepresidente de Blanco y Negro y encargado de las negociaciones mientras no asumía Daniel Morón como gerente deportivo. De hecho, el propio entrenador, sin nombrar al ex presidente de la ANFP, se ha encargado de dejar en claro que con el Loro el asunto va mucho más fluido. “Tenemos relación directa con Daniel Morón y él está haciendo todas las gestiones de la mejor manera. Desde que llegó él se avanzó un montón”, lanzó tras el 0-0 de Colo Colo con Unión La Calera.
Del otro lado, en parte de la mesa directiva estiman que Colo Colo tiene jugadores “de sobra” en las cadetes para suplir al suspendido Falcón, al ahora evertoniano Barroso, a Juan Manuel Insaurralde y para “parchar” mientras vuelve Matías Zaldiviaal ciento por ciento con elementos como Jeyson Rojas, reconvertido en lateral derecho; Bruno Gutiérrez, que es marcador central por naturaleza pese a que jugó de 2 en Deportes Iquique y Daniel Gutiérrez. También contaban a Felipe Campos, pero se lesionó en la primera fecha y estará un buen rato afuera por un esguince de rodilla.
En todo este escenario, a Gustavo Quinteroslo siguen y sondean de un mercado con dinero: el Al Nassr, de Arabia Saudita y que ya dirigió en 2017 y 2018, lo está sondeando. Y, con el ambiente revuelto en Pedrero, podría ser una buena oportunidad para sacudirse de todo, pero está descartado.
Y es que el entrenador tiene decidido quedarse en Colo Colo. Estima que puede hacer mejores cosas este año con el plantel renovado, pero aún espera por dos futbolistas más. De paso, es consciente que el escenario bien puede variar en Blanco y Negro el 20 de abril, donde puede asumir como presidente de la concesionaria Marcelo Barticciotto a nombre del Club Social y Deportivo Colo Colo, sacando a Aníbal Mosa de la testera y, con ello, probablemente a Harold Mayne-Nicholls del Monumental. Le queda esperar, pero él ya ha sido claro en la interna: no se va de Pedrero, por ahora.
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