En su época de futbolista, dejó un recuerdo imborrable junto a la selección chilena que Nelson Acosta dirigió en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y por estos días todavía disfruta su debut a estadio lleno en el boxeo. Una experiencia que disfrutó a concho, tal como la esa medalla de bronce que hasta hoy guarda con orgullo extremo. Al igual que el título que conquistó con Universidad de Chile.
Las referencias son para Manuel Ibarra, otrora lateral derecho que llegó a Universidad de Chile desde Magallanes. El icónico Caté, apodo que le quedó para siempre por su parecido físico con Marco Antonio Lemme, aquel talentoso jugador que pasó por la UC y hace casi 15 años falleció en un accidente automovilístico.
Además de esa incursión deportiva, el Caté Ibarra se animó a probar suerte en otra área: las comunicaciones. Se sumó al equipo de Picado TV, el proyecto familiar de Claudio Borghi con su hijo Filippo y su hija Dominique. “Estaba muy desinformado y esto me ha tenido concentrado”, dijo el personal trainer a RedGol en el lanzamiento del canal digital.
Te agarró para el huev*o el Bichi con tu experiencia en el boxeo, Caté…
Estuvo notable, ellos la vivieron en el programa. Llegaba de los sparrings con los ojos medios morados y me agarraban para el hueveo. Había que vivir esa adrenalina, me preparé durante un mes. Creo que lo hice bastante bien, estuvo muy bueno. Mucha gente, una linda experiencia.
¿Cómo llegaste a meterte tanto al boxeo?
Muchos de los futbolistas y deportistas en general practican el box. Lo hacen paralelo, como algo más deportivo. Yo me tiré al combate, al sparring. Estuve entrenando en un club con chiquillos muy buenos peleadores y me sirvió para sentir la realidad del box. La adrenalina a full, la concentración máxima porque un descuido y puedes quedar nocaut y despertar al otro día. Una linda experiencia.
¿Y te han noqueado?
No, pero he visto varios pajaritos. Harta estrellita. Pero lo llevo bien, todavía me mantengo bien físicamente, lo aprendí bien. Dentro de lo que hago es mostrar un hábito deportivo, eso me ayudó a mantenerme en forma.
Caté Ibarra, una medalla de bronce con la selección chilena, boxeo y cumbia en La Pampilla
El Caté Ibarra tendrá que hablar de la selección chilena, de boxeo y hasta cantar cumbia en Picado TV. Algo que hizo en el evento que sirvió como puntapié inicial para este proyecto liderado por Quique Sabatini.
¿La preparación física intensa es de siempre?
Sí, siempre. Inculcado por mi viejo. Decía que hay cosas que no se podían mejorar, que era el porte. Y cosas que sí, había que hacerle mucho empeño a eso. Mejoré la velocidad, me metí al CAR con los deportistas, me metí al box para mejorar la agilidad. El trabajo de fuerza, cosas que podía mejorar. Hoy lo sigo inculcando a la gente para que tengan el hábito, una vida saludable y para que tengan vitalidad.
¿Qué tan cierto es que el boxeo sirve para el desestrés?
Eso es clave. Me pasó muchas veces que daba todo, terminaba y el relajo era tremendo. Terminábamos abrazados con el otro sparring. Te das cuenta de que todo termina ahí. Es un aprendizaje y me tocó ver una experiencia con estadio lleno. Quizá todos querían
¿Y qué te ha parecido este cambio para incursionar con Picado TV?
En las comunicaciones me pasó algo muy entretenido: estaba muy poco informado por muchas cosas, los tiempos, el trabajo, el entrenamiento. Y esto me ha tenido muy concentrado, me obliga a estar actualizado en todas las noticias deportivas. Lo mejor es que el grupo es muy bueno, te ayuda. Creo que me ha ido ayudando a soltarme y ser yo.
El recuerdo musical del Caté Ibarra y una experiencia inolvidable en La Pampilla
Manuel Ibarra es amigo de tener nuevas experiencias en la vida y a sus 47 años tiene un sinfín de historias, incluida una de un recital en La Pampilla. Sí, aquel lugar que alberga una fiesta multitudinaria para las Fiestas Patrias en la Región de Coquimbo. Son jornadas donde puede haber fácil 200 mil personas. Y en 2025, según CNC Medios, hubo 700 mil asistentes. Para que se hagan una idea de lo masivo.
Cuente esa vez que cantó en La Pampilla, pues…
Cuando me retiré del fútbol empecé a cantar. Siempre digo ‘voy’. Quiero arriesgarme, creo que el valiente es el que tiene miedo y se lanza, afronta un poco lo que puede pasar. La música fue tal cual. Estuve en La Pampilla, con 200 mil personas, en le Estadio Nacional en un partido de Chile, canté de norte a sur con un mánager. Son experiencias, el día de mañana tengo hartas para contar.
¿Da más cagazo jugar un clásico o cantar en La Pampilla?
En lo personal era lo más importante en mi vida el clásico. Fue para lo que me preparé. Completar un sueño fue tremendo, lo disfruté a concho. Debuté en un clásico, en el equipo que quería y más encima goleamos. Fue muy bueno. Pero cuando me tocó cantar en La Pampilla, en el fútbol te mandas un cagazo tienes dos o tres compañeros que te pueden ayudar. Pero en el escenario te equivocas y estás solo. Tienes que aperrar. Yo no era un cantante ni un músico, podía tararear tres minutos sin improvisar nada. Lo viví, lo afronté y gracias a dios salió bueno.