Recuperaron la corona. Tras un comienzo adverso en las finales de la NBA, los Golden State Warriors volvieron a la carga y metieron una ráfaga tremenda en los últimos tres juegos para ganar dos lances de visita ante Boston Celtics y alzar así su cuarto anillo en las últimas ocho temporadas, sumando siete títulos en su historia que ya tiene consagrado al soberbio Stephen Curry en el máximo olimpo.

El elenco liderado por Steph partió algo en falso en el TD Garden, pero rápidamente comenzaron a recuperar terreno con su astro encendido con 34 puntos, siete rebotes y siete asistencias e impusieron términos por 90-103 para lograr el máximo trofeo del básquetbol a nivel mundial una vez más, siendo la última la temporada 2017-2018. 

Cabe recordar que la serie partió con un triunfo de Boston Celtics en California por 108-120, lo que hizo a los Warriors perder la ventaja de la localía en ese momento. Vencieron en el siguiente partido, luego perdieron en el primero de visita y de ahí se hicieron invencibles: pegaron fuerte en el cuarto juego al vencer por 97-107 como forasteros, repitieron de locales por 104-94 y sus rivales quedaron forzados a ganar en casa para forzar el séptimo partido, algo que no pasó. 

Este título es importantísimo en la historia de Golden State Warriors: reforzaron su estatatus como nueva dinastía en la NBA al obtener cuatro de las últimas ocho coronas disputadas y, con ello, alcanzaron siete trofeos en su historia, superando así los míticos seis de los Chicago Bulls de Michael Jordan en los ‘90 y alzándose como los terceros más ganadores de la historia detrás de Los Ángeles Lakers y los mismos Boston Celtics, que buscaban despegarse de estos últimos. Ambos han obtenido 17 distinciones máximas.