El ex Universidad de Chile, Camilo Moya, fue víctima de la delincuencia en la jornada del martes, cuando sufrió una encerrona y posterior robo de su vehículo en la comuna de Puente Alto.
Con un llamado desesperado de su esposa en las redes sociales, el actual volante de O’Higgins vivió minutos de mucha tensión que terminaron con el robo de su auto, donde se ha hecho una campaña en redes sociales para poder recuperarlo.
Fue el mismo jugador quien reveló la ingrata situación que tuvo que pasar, con una crítica al momento que está viviendo la sociedad en el país con la delincuencia.
“Fue unas dos cuadras de la casa de mi suegra, me hicieron una encerrona. Ahí se bajó un tipo y me golpeó el vidrio del copiloto con una pistola. Otro se puso adelante, también con pistola, y el que me sacó del auto también llevaba pistola”, comenzó su explicación con As Chile.
Los momentos de terror de Camilo Moya y su encerrona
Fue el propio Camilo Moya quien revivió el momento para dar a conocer su versión de lo sucedido en la comuna de Puente Alto, donde destaca que menos mal no iba con nadie de su familia.
“Salí del auto y dejé que se lo llevaran… Menos mal no iba con mi perrito o con mi familia, que era lo más importante. (…) Todos estaban cubiertos. Según yo, los tres eran menores de edad. Ninguno tenía como cuerpo de adulto”, recuerda el ex Universidad de Chile.
“Por cómo están las cosas, aunque reacciones bien, tú no sabes cómo van a reaccionar ellos. Lo único que pensé fue ‘voy a pasar todo, porque tengo una hija de siete días de vida. No quiero que me pase nada, así que no haré nada estúpido’”, explica.
En ese sentido, también hace una recomendación a las demás personas y una crítica por lo que está pasando en el país, porque incluso cuando fue a poner constancia, había más gente por lo mismo.
“La verdad es que uno puede hablar mucho, pero al final nadie hace nada. Uno prende la tele y nunca hay una noticia buena, todas son malas. Que matan a alguien, que encuentran un cuerpo en tal parte… A los delincuentes no les importa nada”, detalla.
“Mientras yo hacía mi constancia en Carabineros, llegaron siete personas por el mismo tema. Y era gente con sus hijos y todo. Entonces, es peligroso porque al final los delincuentes no la piensan. Si te tienen que pegar un disparo, lo van a hacer. Y si te tienen que matar, lo van a hacer. La calle está peligrosa”, finaliza.
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