Josefina Montané y José Miguel Viñuela acaban de sumarse a la querella en contra de los bancos de Chile y Santander, que fue presentada por un grupo de empresarios afectados por el fraude cometido por Alberto Chang.

Chang es reconocido por el bullado caso de estafa piramidal vinculada al Grupo Arcano de su creación, gestión con la que llegó a defraudar a más de mil personas y entidades por más de US$100 millones.

Actualmente, si bien se han hecho las solicitudes de extradición de parte de la Justicia chilena, Chang sigue radicado en Malta.

La demanda a la que se incorporaron la actriz y el animador, según informó el Diario Financiero, solicita “explorar la construcción de responsabilidad penal” de directivos, gerentes y ejecutivos.

Previamente, desde Santander respondieron a otra demanda civil que tenía las mismas pautas, indicando que “los demandantes, que solo pueden atribuir sus desdichas patrimoniales a quien les defraudó y engañó, amén de su propia codicia e imprudencia al pretender rentabilidades de sus dineros que resultaban inverosímiles, merced a confiárselos a entidades ajenas a todo control o supervigilancia estatal, como lo hicieron al entregarle sus dineros a Chang, siendo crédulos de sus promesas de desmesuradas ganancias, pretenden ahora que terceros del todo ajenos a dichos hechos carguen con las consecuencias patrimoniales que solo pueden poner en cabeza de su defraudador y de sí mismos“.

José Miguel Viñuela recordando el Caso Chang: “Ahí comí caca”

Sólo a Viñuela la estafa lo hizo perder más de 900 millones de pesos, en circunstancias en que “aposté al interés. Era un interés mejor que el que da el Banco, pero tampoco era una locura”.

En declaraciones al programa de Martín Cárcamo De Tú a Tú en 2020, Viñuela especificó que “perdí la liquidez de años de trabajo. Ahí comí caca. Tenía a Diego de dos meses”.

“Para no estresar a Constanza, me levantaba temprano diciendo que tenía una reunión de pega, y salía a caminar cerca del departamento dónde vivíamos. A llorar. Lloraba, lloraba. Trataba de llorar y después volvía a la casa, porque no quería que me vieran pal gato”, lamentó.