Augusto Schuster se abrió a una sincera conversación con Martín Cárcamo en “De Tú a Tú”, momento en el que explicó por qué siente “una especie de fobia a la gente” y cómo en los años en que protagonizó la serie de Canal 13 “Amango” fue víctima de bullying.

Cárcamo le preguntó a Schuster por su pasado, cuando era parte de la serie juvenil transmitida entre los años 2007 y 2009. Entonces, al el actor confiesa que era un niño tímido y “lo que hice en Canal 13 con Amango fue algo que me ayudó mucho a sacar mi personalidad porque yo cuando chico no decía prácticamente nada. Me costaba mucho hablar porque me molestaban por mi voz o porque todo me daba vergüenza. Pedía permiso por todo, todo me daba cosa, no tenía personalidad“.

Schuster pasó por el Festival de Viña junto a “Amango”, con apenas 16 años, y admitió que no tiene buenos recuerdos de la experiencia, asegurando que “igual fue angustiante, yo creo que lo pasamos relativamente mal la mayoría, yo no sé si tengo ese recuerdo tan fresco de estar en el Festival de Viña con Amango”.

“Para mí fue un momento épico, pero trato de acordarme y me acuerdo de esta sensación de querer vomitar, de estar para la cagada y de salir”, admitió.

Entonces, la conversación viró hacia cómo lo trataba su entorno, sobre todo pensando en esa timidez que lo caracterizaba en medio de una fama juvenil.

A mí me odiaba mucha gente en esa época porque sí, porque yo aparecía en la tele no más. Era dentro del rango de mi edad, yo tenía 15, 16 años y los cabros de esa edad me odiaban, yo no les caía bien”, sostuvo Shuster.

“Me empecé a dar cuenta cuando iba a algún carrete, o una fiesta, y de repente vienen hue***s a empujarte, a tirarte el copete encima. Me decían de todo, yo era literalmente –decirlo ahora no tiene ningún sentido- pero era el ‘maraco de Amango’, el pendejo de la guitarra, el de la Sirena”.

Augusto Schuster recibe un bonsái de parte de Martín Cárcamo, en “De Tú a Tú”.

Augusto Schuster recibe un bonsái de parte de Martín Cárcamo, en “De Tú a Tú”.

“Siempre fui un hue** tímido, que pide permiso, que pide perdón, hablaba despacio. Entonces cuando pasan situaciones así se potencia mucho ese lado. No me daban ganas ni de salir de mi casa y eso lo sigo llevando hasta el día de hoy, soy muy casero por lo mismo. Yo creo que esa época sí tuvo que ver para que hoy día no me guste salir”, confesó.

Al mismo tiempo, Schuster asegura que nunca reaccionó ante el bullying de las otras personas: “yo no soy agresivo, a mí no me gusta pelear. Nunca reaccioné”.

“Eso generó que le tuviera como esta especie de fobia a la gente, como de llegar a un lugar, ver a gente de mi edad y decir: ‘no, prefiero ahorrarme los comentarios de estos hueones, me voy'”, sentenció.