Un hecho bastante curioso es el que se vive en el Masters 1000 de Cincinnati, en el que los chilenos Alejandro Tabilo y Nicolás Jarry ya quedaron eliminados. Y se da en el cuadro femenino.
Una de las competidoras es la norteamericana Emma Navarro, número 10 del mundo y la cuarta mejor raqueta de su país, que hará su debut el sábado en la segunda ronda (quedó libre por ranking en la primera).
Lo llamativo es que el dueño del certamen es su padre, Ben Navarro, un multimillonario estadounidense que tiene una fortuna avaluada en 1.500 millones de dólares, según Forbes. Más de lo que acumulan Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic.
Adquirió el certamen en julio del 2022 a través de Beemok Capital, su firma de inversión familiar, al pagar cerca de 300 millones de dólares por este prestigioso torneo al que le devolvió su nombre actual: Cincinnati Open.

Emma Navarro (de verde) junto a su padre Ben
Los Navarro y su vínculo con el tenis
Al percatarse que su hija Emma, de 24 años, tenía futuro en el tenis decidió adquirir en 2018 el torneo de Charleston, el más longevo en Estados Unidos de la rama femenina.
Invirtió cerca de 50 millones de dólares en mejorar este torneo para que al año siguiente su hija debutara ahí profesionalmente gracias a un wild card, con solo 17 años.
Consultada este año por la riqueza de su padre, Emma Navarro contestó molesta pues prefiere ser apuntada como una gran jugadora de tenis y no como hija de un multimillonario.

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“No leo nada. No leo los comentarios, los artículos ni nada de eso. No sé qué dicen los fans. Hay titulares que lo mencionan, lo cual está bien, pero yo no crecí con regalos”, señaló al medio Tatler.
De hecho dice que “crecimos de una forma bastante tradicional. Nos levantábamos a las 6 de la mañana los sábados para ir a jugar al tenis. De pequeña fue prioritario aprender a ser fuertes”.
Sostuvo además que su padre fue fundamental en esto. “Aprendí a tener ética laboral, a tener un propósito y a vivir vidas productivas, así que no me gusta que me llamen la hija de quien tenga tanto dinero. Es una etiqueta que no me gusta nada”, manifestó Emma.