A partir de este viernes 16 de septiembre se dará inicio oficial a las Fiestas Patrias 2022, en las que luego de dos años de restricciones sanitarias producto de la pandemia, se realizarán masivas celebraciones, fondas y ramadas.

En total serán cuatro días de celebraciones desde este mismo viernes 16 que será feriado, luego el sábado 17 de septiembre que no es feriado pero cae fin de semana y el domingo 18 y lunes 19 de septiembre serán feriados irrenunciables.

Durante estos días comienzan a aparecer todas las tradiciones chilenas y nos empezamos a llenar de cuecas, volantines y las comidas típicas de nuestro país, como un rico asado, los anticuchos, empanadas y por su puesto un buen terremoto.

¿Cómo se hace un terremoto?

Este típico trago chileno tiene tres ingredientes que son infaltables: el vino pipeño, la granadina y el helado de piña. De todas maneras, existen diferentes variedades y en vez de pipeño se puede hacer con fernet, champaña, pisco, entre otros.

Para prepararlo primero debes echar el helado (una o dos bolas), después se llena el vaso con pipeño o el licor que prefieras y finalmente se le pone un chorrito de granadina. Cada vaso tiene en promedio unas 400 calorías.

También, existe la opción de hacer terremotos sin alcohol para niños en donde se reemplaza el pipeño por alguna bebida blanca o por jugo de piña.

¿Cuál es el origen del terremoto y quién lo creó?

No hay claridad respecto al verdadero origen del terremoto y existen varias historias y personas que se adjudican su creación, pero la versión más extendida en la historia popular chilena es que el terremoto se creó en 1985 en el restaurante "El Hoyo" gracias a su dueño Guillermo Valenzuela.

Se dice que este hombre probó varias fórmulas anteriormente como la mezcla de vino tinto con frutilla y luego vino con chirimoya. Sin embargo, la idea habría surgido cuando unos periodistas alemanes que fueron a cubrir a Santiago el verdadero terremoto de 1985, tomaron pipeño en el restaurante, pero no les gustó.

Los reporteros encontraron el trago algo tibio y pidieron enfriarlo, y en un momento de locura e ingenio, Valenzuela decidió ponerle helado de piña en vez de hielo a los vasos.

Los europeos quedaron fascinados y grande fue su sorpresa cuando se pararon de sus asientos algo mareados y dijeron “este sí que es un terremoto”.

Otros lugares como el bar La piojera también se adjudican la preparación, aunque todos coinciden en que se le llama así ya que es un trago engañador que es bastante dulce pero que emborracha fácil.