La ministra de Salud, Ximena Aguilera, informó que se detectó en Chile la subvariante BF.7 del COVID-19, aunque este linaje “no se ha detectado que tenga mayor gravedad”, como sí ocurrió con Delta en 2021, “esa tuvo cuadros más graves”, comparó la titular de la cartera.
Aguilera se refirió a la detección de la subvariante de Ómicron, que fue detectada desde hace algunas semanas, señalando que, lo más probable, es que haya llegado desde el extranjero. Eso sí, aún no se tiene claridad si ya comenzó la transmisión comunitaria o aún no.
De acuerdo con las palabras de la secretaria de Estado, BF.7 se suma a BA5.2 de Ómicron. Ambas son “muy transmisibles, entonces la posibilidad de evitar que ingresen es muy remota”, remarcó.
“Estamos en todo el mundo con un predominio de las mismas variantes, lo importante es que tengamos un nivel de protección a través de las vacunas y la inmunidad natural que han adquirido las personas”, agregó la titular de Salud.
Panorama del COVID-19 en Chile
La ministra Aguilera también se refirió a la actualidad del virus en el país, comentando que, aunque han aumentado los casos en el último tiempo, esa alza no ha tenido repercusiones en el sistema hospitalario.
“Por el momento el número de casos en estas últimas semanas ha ido aumentando, no se ha visto un impacto en la red y eso es lo más relevante. Independiente del nombre, ver qué está pasando a nivel de hospitalizaciones, eso nos va a dirigir respecto de otras medidas”, enfatizó.
En cuanto a la subvariante BF.7, la ministra aseguró que “no se ha detectado que tenga mayor gravedad”, a diferencia lo ocurrido con Delta en 2021, que “tuvo cuadros más graves”.
Aguilera también recalcó que Ómicron “produce reinfección”, debido a que “evade la respuesta inmune que uno provocó”. En ese escenario, la vacunación se vuelve de vital importancia, ya que “la protección de las vacunas permite que a pesar que uno se reinfecte tenga un curso más leve”.