Charles Aránguiz volvió al fútbol chileno después de muchas temporadas fuera con una meta clara, pues sabe que cumple un rol de una especie de mentor para muchos jóvenes. El Príncipe fue una parte fundamental de la Generación Dorada que hizo ganar dos Copas América a la Roja.
Luego de una larga estadía en el Bayer Leverkusen de Alemania, Aránguiz regresó al Inter de Porto Alegre en Brasil. Tras ese segundo ciclo en el Colorado, el puentealtino escogió otro retorno: fichó como refuerzo de Universidad de Chile para afrontar la parte final de la campaña 2024.
Qué duda cabe. En el Romántico Viajero, el “29” es una voz muy escuchada en el plantel que dirige Gustavo Álvarez. Algo que el centrocampista surgido en las inferiores de Cobreloa asume con naturalidad. Por eso mismo, el experimentado volante sabe bien cuáles consejos dar.
“Creo que hay que ir quemando etapas. Yo también fui joven y nunca me desesperé en salir. Llegó en su momento. Quemé las etapas que tenía que quemar y eso hablo con los chicos: que hay momentos para todo, que ellos tienen que saber cuándo son las cosas”, afirmó Charles Aránguiz en una entrevista con el sitio oficial de la U.
Y no sólo se refería con eso a saber aguardar el mejor momento para tomar una transferencia. También a la vida extrafutbolística. “No les puedo decir que no vayan a la disco y que no hagan asado porque también fue joven. Al chico les hago saber que aprendan a saber cuándo salir, cuándo comer asado y no perder el foco en el trabajo”, aseguró el jugador de 35 años.
Charles Aránguiz da una gran enseñanza a jóvenes chilenos que empiezan su camino
Charles Aránguiz tiene mucho más camino recorrido que los jóvenes chilenos promisorios que tiene el fútbol nacional. Por eso mismo, obviamente, cuenta con mucho bagaje que sacar a relucir respecto de la experiencia. Aunque muchas veces sea la peineta que te dieron cuando te quedaste calvo, como solía decir el boxeador argentino Óscar Ringo Bonavena.
Pero en este caso, no parece así. “Trabajamos con lo físico y es importante la alimentación. Me quedo con el respeto que transmite la gente, pero no me doy cuenta ni me siento como un líder o algo así. Trato de pasar mi experiencia a los más jóvenes”, expuso el puentealtino.
“Y con los grandes siempre respeto mutuo y dar lo mejor al equipo. Yo acá no soy un santo. Tampoco tengo el don de la palabra. Trato de pasar mi experiencia y después ellos verán si escuchan o no”, manifestó también Charles Aránguiz. Una muestra de la madurez que adquirió en su largo recorrido profesional.
Además de Cobreloa, Universidad de Chile, el Bayer Leverkusen y el Inter de Porto Alegre, el Príncipe también vistió la camiseta de Cobresal y Colo Colo en Chile. Y de Quilmes en la primera división del fútbol en Argentina. “Uno se da cuenta cómo miran y escuchan”, afirmó el “29” de los azules.
“Se genera un respeto. Para uno es bueno saber que hay gente que te quiere escuchar”, sentenció Aránguiz. Un experimentado que hay que escuchar en el Centro Deportivo Azul. Y que ya le ha dado varios consejos a Lucas Assadi para intentar explotar su máximo potencial en el Bulla.