Este jueves se cumplen cuatro años de la vibrante final que Chile le ganó a Argentina en Nueva Yersey por la Copa América Centenario.

Francisco Silva fue protagonista y el acaparador de todos los abrazos de su compañeros, luego de marcarle el penal a Sergio Romero y desatar la alegría de todo un país.

“En un principio, yo no estaba entre los designados, pero me preguntaron si lo quería patear y dije que sí. Obviamente no me imaginé que íbamos a estar 3-2 en ese momento. El trayecto de la mitad de cancha al punto penal fue eterno. Entonces, traté de estar lo más tranquilo posible y mentalizarme en patear al lugar que había decidido”, le contó el Gato al sitio oficial de La Roja.

El mediocampista de Universidad Católica asegura que no dudó en ningún momento y entrega un importante testimonio de los momentos previos al penal de su vida.

“Siempre estuve muy seguro y decidido de lo que tenía que hacer. Traté de distraerme lo menos posible. Claudio (Bravo) se había colocado en una posición indebida y eso hizo más largo el momento. Sumó más nerviosismo para todos. Pero cuando agarré la pelota, tenía la tranquilidad necesaria para decidir bien y patear el penal“, confesó.

Agregando que “estaba muy decidido lo que tenía que hacer. El arquero se había lanzado casi todas las veces hacia el otro lado. Ya había tomado mi decisión y no quise mirarlo nunca, solo al momento de patear y ver hacia adelante. Era un momento difícil, por todo lo que significaba, por la gente que estaba en el estadio y en Chile. Estaba muy concentrado”, recordó.

Para el final, el Gato Silva no sólo deja en claro que más recuerdo en mi carrera, sino que los hinchas le agradecen siempre por lo hecho en Estados Unidos. “Lo demuestran cada vez que salgo a la calle. Eso es lo más hermoso”.