El delantero chileno de 22 años, Matías Cavalleri, contó una notable anécdota de su nominación a los microciclos de la Roja sub 23. La historia del jugador de Curicó Unido resulta imperdible.

“La primera vez que me llamaron no me lo esperaba. Estaba en Santiago y me devolvía a Curicó un domingo como a las 8 de la noche. Agarré el último bus, me había quedado de visita donde unos familiares. Como a las 9:30, me faltaba una hora para llegar a Curicó y me llaman por teléfono”, comenzó su relato Cavalleri en conversación con RedGol.

Agregó que “alguien del club me dijo ‘te tenés que ir a la selección y presentar ahora, ya’. Yo iba viajando, le dijo que cómo lo hago, que cómo me devuelvo porque estaba arriba del bus y más cerca de Curicó. En ese tiempo no tenía auto”.

Cavalleri siguió complementando: “me entró una adrenalina, veía durmiendo y de pedo vi que me estaban llamando. Si no respondía no llegaba a la selección. Y me devolví en taxi desde Curicó a Santiago. Me salió como 100 lucas, no me acuerdo bien”.

Y sentencia: “el recibimiento… yo estaba ansioso, porque no me lo esperaba. Imagínate: habíamos jugado contra Everton acá en Curicó el viernes y me fui para Santiago. En ese partido casi nos agarramos a las piñas con Alex Ibacache. Llego a la selección y me dicen que me toca la pieza con Ibacache. Yo no lo conocía. Y le digo: hola hermanito, cómo estás (risas)”.