La emoción de las artes marciales mixtas no se detiene y este sábado hizo vibrar a los fanáticos con la gran velada del UFC Vegas 28. La jornada tuvo de todo, pero sin duda quienes se llevaron todas las miradas fueron Jairzinho Rozenstruik y Santiago Ponzinibbio.
El oriundo de Suriman tuvo un regreso espectacular al octágono más importante del mundo después de su derrota en febrero y, en la pelea estelar, se impuso con un nocaut increíble ante Augusto Sakai.
Rozenstruik necesitó de un round para demostrar por qué sus manos son consideradas unas de las más peligrosas en toda la división de peso completo. Después que el brasileño le quitó el centro de la jaula en el inicio, Jairzinho hizo gala de su poder.
Con un derechazo que por poco manda a volar la cabeza de su rival justo cuando quedaban tres segundos del primer asalto, elsurinamés dejó en el piso al brasileño y el árbitro intervino. TKO letal para aumetar el récord a 12-2 y volver a meterse en la pelea por el cinturón de Francis Ngannou.
Ponzinibbio y una guerra triunfal
La pelea de la noche estuvo a cargo de Santiago Ponzinibbio y Miguel Baeza, en lo que fue una verdadera guerra. El argentino se quedó con la victoria por decisión unánime luego de tres intensos asaltos en los que cualquiera pudo finalizar.
El rasta necesitaba recuperar la senda del triunfo luego de su derrota en enero pasado tras más de dos años sin luchar. Y así lo dejó claro desde el primer minuto, intentando mostrar su buen lucha de pie, aunque se llevó una cantidad importante de castigo en sus piernas.
Esto mismo mermó el desempeño para el resto del combate, obligándolo a ser más fino con sus puños. Tanto en el segundo como en el tercer asalto los dos buscaron terminar las cosas antes de tiempo, luciendo en el octágono con un intercambio que sacó aplausos.
Finalmente y en las tarjetas de los jueces, Ponzinibbio se quedó con una importante victoria para recuperar el terreno perdido en los últimos años. Pidió enfrentar, entre varios nombres, al chileno-brasileño Vicente Luque, algo que ya encendió a los fanáticos.