Luego de su arribo al Benfica a cambio de 8 millones de dólares, Nicolás Castillo tiene la obligación de ponerse al día con la disciplina del conjunto lisboeta. Se sumó a la pretemporada la semana pasada y ya sufre con los rigores del fútbol europeo, pero con la ilusión puesta en un objetivo superior.

“El fútbol mexicano es un poco más lento que acá. Me toca ir agarrando el ritmo del balón, pero a medida de que pasan los entrenamientos me he sentido mejor.Siempre me propongo cuando vengo a un club, dejarlo todo, pensar en la Champions y hacer una buena temporada”, reconoció en entrevisa con el conjunto de las Águilas.

Es que la Orejona está entre ceja y ceja para el ariete nacional. “Me gustaría jugar ese torneo, es lo que siempre he querido, me han comentado cómo se vive en el estadio, que la gente apoya mucho y la verdad es que quiero jugar esos partidos. Todo eso se me ha pasado por la cabeza, ver a toda la gente de rojo es algo fuerte y estoy muy ansioso por empezar lo antes posible a jugar”, relató el Killer.

Hasta el momento, la aclimatación marcha sobre ruedas. “La verdad es que el grupo es increíble, el club tiene un estadio muy lindo donde entrenar y de a poco he ido conociendo a los compañeros y avanzando en la parte física, que es importante. Me recibieron muy bien, llegaron varios jugadores nuevos y eso me ayuda con el idioma. Están en otro nivel y espero aproximarme a eso para estar a la altura”, reflexionó el Nico.

Su primera nota televisiva con Benfica luego toma el cuerpo de Castillo como referencia, y especialmente los tatuajes. El Nico enseña cada uno de los grabados que tiene en la piel, con un brazo dedicado a su familia y el otro a las creencias religiosas. “Quizás un día tendrá un águila tatuada en el cuerpo”, dicen en Benfica.

Fotos: Capturas